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5 de junio de 2012

Interpretaciones sobre el sentido de los sueños

A lo largo de la historia reciente de la ciencia, los distintos investigadores han ido modificando su posición sobre el sentido de los sueños. Las posiciones se han movido entre tres tendencias: la que supone que tienen una función reparadora, la que los considera como un simulador de la realidad y la que entiende que cumplen la función de consolidar recuerdos. Esta última posición parece la más aceptada en la actualidad, sin embargo nosotros nos inclinamos más por la de que los sueños son una simulación de la realidad. El argumento de que los sueños son imperfectos se debe a la escasa atención que se le presta. Viene a ser algo así como pensar que el lenguaje escrito es imperfecto porque el hecho de que existan analfabetos. Lo que sucede es que no ejercemos ningún tipo de control sobre los sueños y ellos se disparan de forma caótica, mezclando imágenes, palabras y sensaciones, muchas veces sin sentido. Sin embargo eso puede cambiar. Con un adecuado entrenamiento se puede lograr entender e incluso programar los sueños.
En una primera fase hay que prestar atención a los sueños. Intentar recordar lo que hemos soñado, escribiendo si es preciso el contenido del sueño. Esto hay que hacerlo inmediatamente después de despertar, pues el sueño se desvanece a gran velocidad con la vigilia. Esta atención a los sueños nos hará más conscientes de qué clase de contenidos abundan en ellos. Descubriremos las pautas, las recurrencias. Aquello que se repita con frecuencia o que aparezca con mayor intensidad será un mensaje de nuestra mente subconsciente. Debemos atender tanto a las imágenes y los diálogos como a las sensaciones que experimentamos, sin miedo a las pesadillas, pues todo es significativo para nosotros.
En una segunda fase podemos intentar programar los sueños. No es fácil, pero es posible. Los sueños suelen aportar emociones a experiencias que no hemos vivido en primera persona. Es decir, nos indican qué sentiríamos si tuviéramos esa experiencia. Por ello solemos soñar con aquellas experiencias que representan algún tipo de reto o de incertidumbre para nosotros. Programar el sueño consiste en hacer preguntas a nuestra mente mediante imágenes. Esto consiste en reproducir secuencias de imágenes de forma consciente. La mejor hora es inmediatamente después de acostarnos. Nuestra mente estará más abierta. Esas imágenes suelen estar desprovistas de emociones. Los sueños se encargarán de agregar esas sensaciones a nuestras imágenes. Tal vez no lo consigamos el primer día, pero si persistimos llegará la secuencia y con ella las respuestas emocionales que buscamos.

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