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13 de abril de 2009

Radiación cósmica de fondo

El universo nació como expansión de la nada. Todo el tejido formado se estremeció y comenzó a vibrar, a latir. Inconmensurables nubes de partículas comenzaron a vagar por todo ese tejido cósmico formado. Hoy, el universo maduro ha despertado de su letargo y es capaz de mostrar a su criatura predilecta imágenes de su infancia cósmica. Esas imágenes nos llegan en forma de radiación electromagnética. Una radiación que procede de todas partes del universo. Una radiación, antaño muy energética, que se ha ido enfriando y hoy nos llega en la longitud de onda de microondas. Una radiación que nos muestra que el universo nació de la nada a través de una expansión súbita y continua. Desde aquel momento primordial, la radiación procedente de aquella expansión brutal está vagando por todo el universo de forma inexorable. Gracias a los radiotelescopios creados por la especie elegida por el universo, podemos reencontrarnos con el origen del universo. Podemos contemplar el Big bang. Podemos ver nuestro origen.

2 comentarios:

Marcia JRB dijo...

no hay nada como mirarse el ombligorab

Maximiliano Mariño dijo...

Hello, Jorobar, llevas razón. Todos somos un microcosmos. Mirándonos a nosotros mismos podemos entender todo el universo. Buenas neuronas.