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25 de julio de 2013

Por dónde se debe comenzar el crecimiento espiritual

Algo que muchas personas interesadas en dar un giro espiritual a su vida es por dónde se debe comenzar. Probablemente hayan leído una docena de libros de autoayuda y espiritualidad, en los que habrán encontrado un gran material para desarrollar, pero todo aquello parece demasiado alejado de la vida corriente de casi todo el mundo. Así que, por dónde comenzar ese giro hacia el crecimiento espiritual.
Pues bien, la clave de todo giro hacia lo espiritual no está en frecuentar templos, ni en rodearse de símbolos religiosos, ni en leer libros espirituales, ni siquiera en asociarse con grupos practicantes de ninguna creencia. La clave está en un giro mental que consiste en cambiar la atención de fuera a dentro. Dejar de pensar, creer, ver y sentir en función de lo que nuestros sentidos nos indican y comenzar a pensar, creer, ver y sentir a partir de lo que nuestro interior nos guía.
El cerebro es un órgano encargado de procesar información tanto externa como interna. La información del exterior accede a nuestro cerebro por medio de nuestros cinco sentidos. La información del interior accede al cerebro a través de mecanismos como el sistema propioceptivo o el sistema vestibular, es decir, por medio de la introspección. Estos mecanismos, en realidad, están enviando datos constantemente a nuestra mente, pero al centrar nuestra atención en estímulos externos, lo que hacemos es silenciar estos mensajes y atender los que proceden del exterior. Es decir, nuestra mente racional ordena a nuestra mente irracional que desatienda esos mensajes interiores y se centre en los exteriores. Lo que sucede es que desoímos mensajes que podrían ayudarnos a prevenir enfermedades, a guiar nuestra conducta o a ayudarnos a comprender mejor el mundo. En lugar de eso nos centramos en las imágenes de la televisión, de la calle o de la pantalla de ordenador.
Muchas personas que se hacen llamar religiosas o espirituales por frecuentar templos o leer textos sagrados, rara vez practican la introspección, que es la base de la oración. Por tanto, están a un abismo de ser seres espirituales. El espíritu fluye por nuestro interior y es allí donde tenemos que buscarlo. Por tanto, el crecimiento espiritual debe comenzar por leer nuestro interior.