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17 de diciembre de 2009

Kharma, la Ley de la Atracción



Entrega aquello que deseas te sea entregado, el Kharma hará que te llegue a ti. Kharma es la ley de causa y efecto, también conocida como Ley de la atracción o de acción reacción. La Tercera Ley de Newton dice que toda acción tiene una reacción igual y opuesta. El Kharma dice que las acciones humanas tienen reacciones iguales y en sentido opuesto. Es decir, todas nuestras acciones nos son devueltas en la misma medida. La violencia engendra violencia; la generosidad, generosidad; el egoísmo, egoísmo, etc. Lo más importante de esta ley es que no se trata de una interpretación humana de carácter místico sino de una ley física que se manifiesta en la conducta humana, pero también en la dinámica de objetos, en el movimiento de cuerpos astrales o en la física de partículas. Los seres humanos, como parte del Universo, integramos esta ley en nuestra conducta anhelando un equilibrio que se manifiesta en el sentido innato de justicia, de gratitud, o de sed de venganza. Con todo ello, buscamos devolver lo que nuestro entorno nos ha dado. El flujo de retorno no tiene porque ser directo; algunas acciones no son devueltas ni directa ni inmediatamente, sino indirectamente y transcurrido el tiempo. Pero al final, el equilibrio siempre es alcanzado. Por tanto, cuando tengas sed de venganza, no la busques, porque llegará sola; cuando busques felicidad, haz que los demás sean felices; cuando busques generosidad, sé generoso.

3 de diciembre de 2009

Autohipnosis y programación mental


La hipnosis es uno de los estados alterados de la consciencia que nuestra mente es capaz de experimentar mediante técnicas externas o internas. Cuando la hipnosis es alcanzada por el propio individuo, sin mediación externa, hablamos de autohipnosis. Si bien, cabe reseñar que esta técnica no alcanza la profundidad mental de la hipnosis inducida por un hipnotizador. Mediante la técnica de autohipnosis se puede alcanzar un estado de extrema sensibilización hacia los datos o instrucciones introducidos durante dicho estado. La práctica permite reducir el tiempo preciso para alcanzar el estado hipnótico facilitando la asimilación de instrucciones en lapsos progresivamente más breves. Para alcanzar el estado de autohipnosis es preciso encontrar un lugar silencioso, oscuro y agradable, además de elegir un momento adecuado en el que no se tenga que atender asuntos pendientes o estímulos externos. Una vez adoptada una posición relajada, con los ojos cerrados y envueltos en el silencio, se procede a relajar el cuerpo parte por parte. Normalmente se empieza por el extremo inferior, por los dedos de los pies, y se va subiendo hasta llegar a la cabeza. La forma idónea para relajar cada parte del cuerpo consiste en mantenerla absolutamente inmóvil hasta dudar de su propia existencia. Se trata de una desconexión mente-cuerpo voluntaria con la finalidad de concentrar toda la energía mental en procesos internos sin la interferencia de estímulos sensoriales o corporales. Si se ejecuta adecuadamente el proceso, alcanzaremos un estado similar al de la ingravidez pues no sentiremos ni el cuerpo ni el entorno físico en el que nos encontremos. Será ese momento el idóneo para reflexionar y programar nuestra mente. ¿Qué queremos hacer en el futuro? ¿Quién queremos ser? ¿Cómo podemos superar algún obstáculo? Todas las instrucciones que nos dictemos en ese estado serán asimiladas con una facilidad asombrosa. Las únicas limitaciones de esta técnica están en la propia posibilidad real de lo elegido y en la voluntad de quien lo practica. Al comprobar los resultados, tendremos la sensación de haber experimentado una premonición, de haber visto el futuro, pues los resultados serán los programados en la sesión de hipnosis. La autohipnosis es, en fin, una técnica de programación mental, de programación de nuestro futuro que nos puede servir para aprobar un examen oral, aprender a conducir, modificar nuestra memoria, superar habilidades físicas. En definitiva elegir qué queremos hacer en el futuro y cómo queremos llegar a ser.

29 de noviembre de 2009

La superstición y el origen de la religión

Encontramos en la superstición una forma embrionaria de religión individual mediante la cual, el ser humano relaciona eventos aparentemente sin conexión alguna. Constituye un acercamiento primario a las relaciones existentes entre los distintos fenómenos aunque algunas de sus conclusiones puedan resultar inexactas o incompletas. Todas las religiones constituyen una evolución de estas prácticas individuales al convertirse en prácticas sociales o prácticas compartidas por una comunidad. Aunque la superstición tenga la apariencia de inane, tiene un sustrato racional que merece nuestra atención, pues es fruto de la necesidad humana de encontrar sentido a cuanto acontece a nuestro alrededor. Al vincular unos eventos con otros anteriores o con otros venideros se intenta encontrar las leyes que gobiernan el Universo. Es un intento de comunicación entre el individuo y aquello que nos transciende. Con aquello que en las religiones sociales se conoce como Dios.

15 de noviembre de 2009

La guerra como fenómeno social


La guerra es uno de los mecanismos que emplean las sociedades para mejorar su posición respecto de otras sociedades rivales. Existen otros mecanismos como la negociación, el arbitrio o la disuasión, pero no siempre resultan viables para ambas partes. Una sociedad emprende una guerra cuando tiene mayores expectativas de alcanzar beneficios que pérdidas, y aunque resulte deleznable, todas las potencias que declaran la guerra son conscientes de antemano de que van a sufrir la pérdida de vidas humanas dentro de su propia sociedad, pero esperan que los beneficios superen esas pérdidas. O dicho de otro modo; esperan que las vidas de los muertos sirvan para que los vivos tengan una vida mejor.
Aunque la guerra es un despliegue de violencia a gran escala, ésta siempre es administrada conscientemente. Se trata de una violencia administrada con unos fines precisos. La percepción de irracionalidad se encuentra en el campo de batalla, pero desde los cuarteles generales se percibe de un modo diferente, siempre bajo unos límites racionales.
De lo anterior, tal vez quepa deducir que las guerras son inevitables, porque siempre habrá motivos para que una sociedad tenga mayores expectativas de beneficios que de perjuicios si declara la guerra a un enemigo más débil, pero no es así. La tecnología nuclear ha traído la inesperada consecuencia de la paz, pues su empleo siempre conllevaría mayores perjuicios que beneficios para ambos contendientes. La guerra fría se dirimió sin entrar en combate abierto por medio del poder disuasorio. Pero éste no es el único avance. La irrupción de los medios de comunicación de masas en los campos de batalla ha permitido que todo el mundo tenga acceso a la crueldad de las imágenes y tome conciencia de las consecuencias de la guerra. Cada vez son más las sociedades que repudian las guerras como medio solucionar conflictos, por lo que parece que el escenario del futuro será el de un equilibrio más o menos tenso salpicado tal vez por pequeños brotes violentos procedentes de facciones sin rango de estado.

20 de octubre de 2009

Desarrollo sostenible

La especie humana transforma el entorno impulsada por deseos internos en busca de una mejora de su calidad de vida. Son muchos los casos en los que esa alteración del entorno produce un daño medioambiental acusado e incluso una amenaza para la propia humanidad a largo plazo. No obstante, no debemos dejarnos llevar por impresiones parciales o predicciones apocalípticas y creer que la especie humana es destructiva de forma innata, pues sería un error. La especie humana busca siempre su bienestar y en ese camino puede dejarse llevar por la satisfacción inmediata de sus necesidades y cometer tropelías como deforestar bosques, comprometer especies o emprender guerras. Pero conforme avanza la conciencia global, el ser humano amplía su horizonte de acción y renuncia a parte del bienestar presente en beneficio del futuro. Una visión más detenida nos hará ver que son mayores los progresos humanos que redundan en el futuro que aquellos que pueden ocasionar perjuicios. En muchos casos es el hombre quien pone orden donde sólo imperaba el caos, consiguiendo evitar desastres como riadas, el enconamiento de epidemias o la extinción de especies. Cada vez son más los proyectos encaminados a proteger espacios naturales, conservar especies naturales o reducir el impacto medioambiental. Por tanto, se impone la tendencia de proteger el medio ambiente en el futuro frente a la de satisfacer las necesidades inmediatas comprometiendo el entorno para las generaciones futuras.

24 de septiembre de 2009

Espacio exterior



El espacio es una perturbación temporal de la nada. La dilatación de la sustancia universal que compone el universo. Se tiende a pensar en el espacio como algo vacío salpicado de galaxias, cuerpos astrales y partículas. Sin embargo, el espacio no puede estar ‘vacío’ porque es continuo. Es un fluido ondulatorio de densidad variable que presenta zonas de alta densidad como los agujeros negros y zonas de baja densidad como los espacios intergalácticos. A nuestros ojos, ese espacio se nos presenta como vacío, pero está atestado de partículas y energía ondulatoria. Antiguamente se tenía la intuición de un fluido que llenaba todo el espacio, que se conocía como ‘Éter’. La ciencia descartó ese concepto al no poder demostrar su existencia, pero modernos descubrimientos e hipótesis vienen a demostrar que el vacío no existe. Descubrimientos como el de los neutrinos o teorías como la teoría de cuerdas o la de la materia oscura. El espacio es, pues, todo.

5 de septiembre de 2009

La diosa Gaia

Gaia es Gea, la diosa de La Tierra. Es el sistema formado por la biosfera y el entorno en que se desarrolla. Lo cual abarca a todos los seres vivos del planeta, la atmósfera, los océanos y las placas tectónicas sobre las que se desarrollan todos los procesos geológicos, biológicos, meteorológicos y físico-químicos. Este sistema se comporta globalmente como un organismo gigantesco en el que cada individuo, cada ser vivo, cumple una función especializada tal y como las células lo hacen en un organismo unitario. Gaia sacrifica especies de la misma forma que un individuo se desprende de tejidos o células muertos o inservibles. Globalmente tiende a la autorregulación de sus parámetros vitales, como la temperatura, el nivel de oxígeno o el Ph del agua. Lo que para los humanos puede parecer una catástrofe descomunal, para Gaia puede ser sólo una leve contrariedad. Gaia no ha dejado de crecer. Ahora alcanza el espacio exterior de La Tierra, ha rozado la Luna y seguirá creciendo. Siempre hemos escuchado que la Tierra protege a los organismos vivos, gracias a la atmósfera o a la distancia que se encuentra del Sol. Sin embargo, la atmósfera es un producto de la vida sobre la Tierra, es un producto de las especies fotosintéticas, que en realidad protege al planeta de colisiones. Mientras la Luna y otros planetas sin atmósfera están atestados de cráteres en su superficie, La Tierra ha logrado disminuir de forma significativa la frecuencia de estas colisiones. Gaia y el planeta se influyen mutuamente. De modo que la Tierra es un lugar propicio para Gaia, pero Gaia se encarga de que siga siéndolo.

17 de agosto de 2009

La sombra



Es importante que comprendas que tienes una zona oscura que ocultas a todo el mundo y que es la mayor fuente de tu infelicidad. Cuanto más tratas de ocultarla mayor es tu desdicha. Todos tenemos al menos tres instancias sociales: el yo público que es quien todo el mundo cree que eres, el yo social que es quien tu entorno más próximo cree que eres y el yo íntimo que es quien sólo tú sabes que eres. Este yo íntimo puede estar más o menos cerca del yo social en función de tu sinceridad, tus remordimientos, tus culpas y tu capacidad para asumir los errores del pasado. En otras palabras, todo lo que ocultas sobre ti hace que tu yo íntimo, tu sombra, vaya creciendo y adueñándose de tu voluntad. Si dedicas tu vida a la mentira y al engaño sólo conseguirás agrandar esa sombra y vivir a sus expensas. Para luchar contra la sombra debes emplear la luz. La luz es la sinceridad, la verdad sobre tu vida. Tal vez pienses que eres diferente a los demás, que tienes más aspectos de tu vida que ocultar. Pero la luz demostrará que todo el mundo tiene su sombra. Cuando comiences a abrir tu interior hacia las personas de tu entorno descubrirás que no eres diferente a los demás y sentirás la liberación de despojarte de la inmundicia que contamina tu mente. Descubrirás que tus errores del pasado pueden ayudarte como lección para el futuro y si arrojas luz sobre ellos desaparecerán los remordimientos que te producen. Descubrirás que no tiene sentido dedicar una vida a ocultar algo que ya no forma parte de ti, sólo de tu memoria.

5 de agosto de 2009

El proceso de globalización

El proceso de globalización no sólo es inevitable, sino necesario. Las críticas que recibe este proceso se deben más a las formas que al fondo. Se deben principalmente al crecimiento de la desigualdad entre capas sociales que está originando. Pero esta consecuencia no es inherente a la globalización sino uno de sus posibles efectos adversos, que será corregido con el tiempo. Este proceso equivale al que se produjo a escala nacional con la creación de los Estados Unidos de América y a escala confederal con la creación de la Unión Europea. Ambos modelos, huelga decir, han redundado en sustanciosos beneficios para sus respectivas economías y han mantenido una paz inmanente desde su origen. La globalización, por ende, es un proceso irreversible, indispensable y beneficioso a largo plazo, cuando consiga equilibrar sus fuerzas internas. Este proceso conecta las realidades nacionales, diluye sus fronteras, emplea el conocimiento de unas regiones para el beneficio común, aprovecha las ventajas de todas las regiones y compensa las deficiencias de otras. Da lugar a una nueva elite, engendrada a partir de las elites nacionales, cuya característica principal es que sus miembros se identifican más con dicha elite que con sus respectivas realidades nacionales. Esta elite no sustituye a las elites nacionales sino que se yergue sobre ellas. Lo que sucede es que se crea una nueva capa social superior a las capas altas nacionales. Como suele suceder, este proceso ha comenzado con la conexión económica y la creación de descomunales empresas mundiales que superan económicamente a muchas naciones individualmente; el siguiente paso consistirá, así debe ser, en la creación de instituciones políticas mundiales que regulen ese mercado voraz de ámbito global. Hasta ahora las grandes corporaciones se mueven por todo el ámbito mundial mientras que los árbitros políticos y jurídicos que debieran vigilar su funcionamiento se encuentran confinados en sus respectivos espacios nacionales, desde donde no pueden hacer mucho más que alcanzar acuerdos de mínimos. Cuando alcancemos las instituciones jurídicas y políticas globales, comenzaremos a cosechar todos los beneficios de la globalización que ahora parecen reservados a unos pocos afortunados.

29 de julio de 2009

Escala de valores





En las sociedades industriales, la vida de un adulto se hace tan compleja, que a menudo acaba por producir desorientación a la hora de tomar decisiones. A lo largo de un solo día podemos recibir instrucciones sublimes, llamadas o tentaciones que hacen que perdamos la fuerza de voluntad y caigamos en la debilidad de los placeres fáciles sin pensar en las consecuencias a medio o largo plazo. Lo normal es que durante la infancia seamos imbuidos de los valores predominantes en nuestro grupo social, de modo que a la edad adulta actuemos guiados por esos valores de forma inconsciente. Pero esos valores pueden resquebrajarse por las constantes instrucciones contradictorias que recibimos, especialmente si esos valores no han sido consolidados adecuadamente. Por ello deberemos elevar estos valores al plano de la consciencia y reflexionar sobre ellos. Qué es lo más importante para nosotros por encima de todo ¿Dinero, poder, fama? ¿O las personas que nos rodean, el medio ambiente y la vida en general? Cada uno es libre de elegir, pero unas decisiones tendrán unas consecuencias y las otras tendrán otras consecuencias distintas. Todas las crisis económicas, ambientales o de cualquier otra índole han estado provocadas por una acumulación de decisiones equivocadas sin tener en cuenta unos valores sólidos a largo plazo como son el respeto al ser humano y a la naturaleza. Reflexionar sobre nuestra escala de valores prioritarios nos ayudará a tomar decisiones cuando éstas nos obliguen a elegir entre los placeres inmediatos o la satisfacción a largo plazo, entre los valores materiales efímeros y los valores existenciales eternos. La escala de valores es el marco de referencia de mayor amplitud que empleamos a la hora de tomar decisiones. Todas las decisiones que tomamos se hayan inscritas en ese marco; por tanto, si quieres cambiar tus decisiones, debes comenzar por modificar tu escala de valores.

29 de junio de 2009

Alcanzar los objetivos




La vida, son objetivos. Cuando los agotas, mueres. Si quieres tener una vida prolongada y estimulante deberás distribuir objetivos a lo largo de todo tu proyecto vital o correrás el riesgo de agotarlos demasiado temprano. Puedes imaginar estos objetivos como una riqueza que todos tenemos al nacer. Esta riqueza puedes distribuirla a lo largo de tu vida o derrocharla en los primeros años y agotarla. Si tienes demasiada prisa por conseguir un objetivo o si tratas de alcanzarlo con atajos, tal vez lo alcances pero no sabrás valorarlo, te pondrás metas cada vez más ambiciosas porque ninguna te llenará y derrocharás tu vida buscándole sentido y desearás que todo acabe. Y ello será porque te has dejado lo mejor en el camino, que es disfrutar con cada pequeño paso alcanzado. Con cada pequeño objetivo logrado.

5 de junio de 2009

Música y desarrollo cerebral


Tienes motivos para poner música en tu vida. No sólo porque sea un placer, sino porque la música te hace crecer mentalmente. No te conformes con escuchar la música de moda, busca otras tendencias, otros estilos, aunque hayan pasado de moda. Cuando escuches música, intenta analizar lo que escuchas. Qué instrumentos suenan, qué ritmo sigue, qué velocidad tiene, qué intensidad, qué altura. Pero no te quedes ahí. Haz música. No necesitas tener conocimiento alguno de teoría de la música para empezar a hacer música. Puedes hacer palmas, cantar, marcar ritmos con los pies... En infinidad de pueblos de todo el mundo, sus gentes hacen música comunitaria sin haber aprendido jamás a distinguir un DO de un RE. No les hace falta. La música está al alcance de todos. No dejes que nadie te diga que hay que aprender música antes de practicarla; se equivocan. Empieza por lo básico, el ritmo y la melodía. Cualquiera puede tararear o marcar un ritmo. Hacer música crea nuevas conexiones sinápticas en tu cerebro. Son nuevas rutas, nuevos senderos neuronales que tu cerebro utilizará para otras tareas. No lo dudes. Hacer música incrementará tu capacidad intelectual. Te acercará a la hipercognición.

23 de mayo de 2009

Conocer las adicciones


Llamemos adicciones a aquellas prácticas que producen un placer inmediato, que suelen conllevar consecuencias negativas mediatas y que suele resultar extremadamente difícil abandonar. Algunas adicciones son bien conocidas, otras no tanto. Casi todo el mundo identifica con facilidad las adicciones de fumar, consumir drogas o alcohol. Menos son los que reconocen como adicciones la comida descontrolada, el sexo desenfrenado, las compras compulsivas o la limpieza maniática. Cualquiera de estas actividades por sí misma no se considera patológica, sin embargo, todas se pueden tornar descontroladas si la estabilidad emocional del sujeto atraviesa dificultades. La prueba para evaluar si una de estas actividades se ha descontrolado consiste en intentar su abandono de forma temporal. Si el individuo resiste la prueba, lo más probable es que no se trate de una conducta descontrolada, sino de un hábito más o menos saludable. Pero si es incapaz de aguardar varios días sin practicar la actividad, seguramente se haya vuelto patológica. Una vez identificada la adicción, probablemente queramos desprendernos de ella cuanto antes, pero seamos incapaces. Cualquier intento de eliminar estas actividades de nuestras vidas fracasará si las contemplamos de forma aislada sin considerar el resto de circunstancias de nuestra vida. Dicho de otro modo, no nos libraremos de estas actividades a menos que modifiquemos el resto de nuestra vida. Las adicciones proporcionan un placer inmediato que es requerido fundamentalmente cuando nuestras vidas no nos resultan placenteras. Por tanto, la intervención deberá incidir en hacer que nuestras vidas sean más placenteras antes de retirar una conducta que nos proporciona ese placer inmediato. Es habitual que una persona deje de fumar, de beber o de comer compulsivamente cuando emprende una nueva etapa en su vida, como iniciarse en algún deporte, emprender estudios, una nueva relación, etc. Desde Hipercognición abogamos por la vida plena como remedio natural y espontáneo contra las conductas adictivas.

6 de mayo de 2009

Sensaciones


Ya sabemos que tenemos tres entidades cerebrales que actúan a distintos niveles de consciencia. Un cerebro reptil básicamente inconsciente, un cerebro mamífero subconsciente y un cerebro humano consciente. En ocasiones, esas entidades pueden tomar caminos diferentes y sumir al individuo en la incertidumbre y la desazón por no saber qué camino tomar. Sin embargo, con el adecuado entrenamiento mental, se puede lograr que las tres entidades se sincronicen y actúen de forma sinérgica. El primer paso que debemos dar hacia la hipercognición consiste en interrogar al cerebro mamífero, nuestro subconsciente, de forma adecuada para asegurarnos su complicidad. Esta entidad cerebral no se comunica mediante palabras sino mediante emociones. La mejor forma de obtener su respuesta es visualizar la escena posible que queremos evaluar, la que nos inquieta, y esperar su reacción. Tras la visualización de esta secuencia, nuestro cuerpo responderá con una sensación polarizada que podrá ser positiva o negativa. Esta sensación será positiva si nuestro subconsciente asocia la secuencia a otras similares positivas y será negativa si la asocia a otras negativas. Nuestro cerebro mamífero actúa de forma global, sin reparar en detalles. Realiza una evaluación global y emite una sensación antagónica en función de su repertorio de emociones memorizado por la experiencia existencial.

27 de abril de 2009

Guía conductual

Ya sabemos cómo funciona nuestro cerebro emocional y cómo tomamos la mayor parte de nuestras decisiones. Especialmente si hemos tomado decisiones similares en el pasado, estas decisiones del presente las adoptaremos de forma inconsciente basándonos en el éxito memorizado en forma de emociones. Pero ¿acaso estamos en manos de nuestro cerebro subconsciente? ¿Acaso no podemos hacer nada para modificar nuestra conducta? Nada de eso. Nuestra mente racional puede y debe encargarse de la indispensable tarea de educar a nuestra mente emocional, de educar las emociones. Nuestro cerebro es un sistema complejo que consta de tres entidades que debemos coordinar y armonizar para extraer el mayor potencial. ¿Cómo se educa las emociones? Ya hemos dicho que es la mente consciente la que debe tomar la iniciativa, pues es la mente que dirigimos directamente. De hecho, nuestra mente consciente es lo que llamamos YO. Nuestra mente consciente tiene que enseñar a nuestra mente inconsciente cómo debe sentirse en cada situación. Si presenciamos una tragedia debemos sentir angustia. Si presenciamos la felicidad de alguien debemos sentir alegría. Si nuestro sistema emocional no está educado para sentir esas emociones debemos inducirlas conscientemente. Si las personas de nuestro entorno experimentan una misma emoción ante una situación y nosotros tenemos una emoción contraria o neutra, debemos preguntarnos por qué sucede esto. Si es por falta de educación emocional podemos solucionarlo. No se trata de fingir emociones, pues esto sería una simple manifestación ficticia carente de significado emocional. Se trata de inducir la emoción correspondiente de forma consciente. “Todo el mundo se siente bien, yo también me tengo que sentir bien, como aquella vez que me sentí así. Ya empiezo a sentirme bien”.

La vida en grupo


Tal vez te hayas preguntado por qué motivo sentimos la necesidad de pertenecer a un grupo. Acaso no sería mejor constituirnos en seres solitarios independientes y libres. La realidad muestra que no. Rotundamente no. Preferimos vivir en pareja, salir en grupo, pertenecer a asociaciones, partidos, empresas, pandillas, agrupaciones, etc. ¿Por qué? El ser humano es un ser social que necesita de sus semejantes desde que nace hasta que muere. Un ser humano que crezca sin contacto con otros seres humanos apenas lograría aprender a conseguir alimento, a cobijarse de la intemperie y a huir de peligros. Somos como somos gracias a la educación que recibimos, a la influencia cultural que nos transmiten. Sólo esa influencia nos aleja de otras especies. A pesar de los indudables inconvenientes que conlleva, el ser humano ha optado rotundamente por la convivencia grupal. Y esto es por las muchas ventajas que reporta la socialización. Un grupo, al margen de cuál sea su tamaño, proporciona seguridad, fuerza, coordinación de trabajos, suma de conocimientos y, sobre todo, orientación cognitiva. Esta orientación se basa en la capacidad de emulación, en reconocer como correcto aquello que hacen normalmente nuestros semejantes. Aquello que hace nuestro grupo. Esa orientación nos concede un mínimo de garantías a la hora de tomar decisiones, pues nos vemos reflejados en nuestros semejantes y sabemos que su éxito garantiza el nuestro, que adoptando sus decisiones, tendremos éxito. En definitiva, vivir de forma social nos permite desenvolvernos con mayores garantías de éxito que de forma individual. Los grupos nos proporcionan un sendero de la realidad por el que podemos caminar sin temor.

21 de abril de 2009

La especie rebelde



Después de millones de años de evolución de las especies vivas, aparecen sobre la Tierra unos pequeños mamíferos que vendrían a revolucionar el equilibrio de fuerzas entre las especies del planeta. La cualidad que los hacía especiales yacía en estado latente en el interior de su cráneo. Poseían una capa de neuronas que envolvía al resto del cerebro, que sería la génesis del tercer cerebro; el cerebro humano. De una forma simplificada y metafórica podemos afirmar que el homo sapiens posee tres cerebros en la medida en que los reptiles poseen uno o los mamíferos inferiores, dos. La evolución ha permitido al sapiens desarrollar ese tercer cerebro sobre los otros dos cerebros ancestrales y comunes con el resto de mamíferos no primates. A su vez los mamíferos desarrollaron el segundo cerebro sobre el andamio del primero a modo de estructuras que lo envuelven en una suerte de entramado semiesférico. Ese cerebro permitió a su especie poseer, por primera vez en la historia de la evolución, la capacidad para elegir entre opciones. Por fin, su universo de decisiones no quedaba circunscrito al instinto genético o al condicionamiento emocional basado en experiencias. Podía crear decisiones basadas en el razonamiento abstracto, realizar previsiones o cálculos. Este cerebro le permitía que fuera la primera especie que podía luchar contra la propia naturaleza, incluso contra sí misma. Esta especie rebelde, dotada de voluntad podía salvar al planeta o destruirlo gracias a su capacidad de voluntad y libertad.

17 de abril de 2009

Cerebro mamífero



Algunas especies animales, como los primeros mamíferos, evolucionaron respecto de sus antepasados reptiles e incorporaron un conjunto de estructuras cerebrales sobre el arcaico cerebro reptil. Este conjunto de estructuras conocida como sistema límbico debido a su forma de anillo es responsable, entre otras funciones, de la memoria, las emociones y el aprendizaje por condicionamiento. Se compone de: tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala cerebral, cuerpo calloso, séptum y mesencéfalo. Esta estructura dota al individuo de emociones asociadas a experiencias pasadas. Mientras que los reptiles, dotados de un cerebro simple, reaccionan guiados básicamente por un patrón programado genéticamente, los mamíferos pueden reaccionar de formas diferentes dependiendo de la situación. El mamífero podrá huir ante una situación de peligro, como haría cualquier reptil, pero también podrá enfrentarse a esa situación si, por ejemplo, se encuentra en peligro uno de sus cachorros. El responsable de esa asunción de riesgo es el segundo cerebro, el cerebro mamífero o sistema límbico, encargado de dotar al animal de emociones como el afecto hacia los descendientes. Ese afecto puede poner en peligro a un individuo en aras a la preservación de la especie. Es, por ende, un cerebro social, emocional y asociado los recuerdos. El ser humano, como mamífero, incorpora este cerebro además del cerebro reptil y el cerebro humano.

13 de abril de 2009

Radiación cósmica de fondo

El universo nació como expansión de la nada. Todo el tejido formado se estremeció y comenzó a vibrar, a latir. Inconmensurables nubes de partículas comenzaron a vagar por todo ese tejido cósmico formado. Hoy, el universo maduro ha despertado de su letargo y es capaz de mostrar a su criatura predilecta imágenes de su infancia cósmica. Esas imágenes nos llegan en forma de radiación electromagnética. Una radiación que procede de todas partes del universo. Una radiación, antaño muy energética, que se ha ido enfriando y hoy nos llega en la longitud de onda de microondas. Una radiación que nos muestra que el universo nació de la nada a través de una expansión súbita y continua. Desde aquel momento primordial, la radiación procedente de aquella expansión brutal está vagando por todo el universo de forma inexorable. Gracias a los radiotelescopios creados por la especie elegida por el universo, podemos reencontrarnos con el origen del universo. Podemos contemplar el Big bang. Podemos ver nuestro origen.

6 de abril de 2009

Cerebro reptil



El tronco cerebral de los humanos es una evolución del cerebro reptil que hemos heredado evolutivamente. Este auténtico cerebro lo compartimos con los reptiles y con todas las especies que los suceden evolutivamente, y está encargado de la supervivencia del individuo en su estado más elemental. De forma sucinta, se puede decir que regula las funciones vitales del individuo como el latido cardiaco o la respiración y produce las reacciones inconscientes ante la presencia de determinados estímulos. Su función es preservar la vida del individuo a toda costa. Cuando vemos una cobra amenazada lanzar una dentellada está funcionando este cerebro; el único que tiene este animal. Del mismo modo, cuando un humano amenazado se torna violento, también está actúa influido por este cerebro primario; aunque en los humanos este cerebro no actúa en solitario.

26 de marzo de 2009

Dios



La primera es la del Dios bíblico, personal, con identidad cuasi humana, con sentimientos, con un lenguaje que se transmite de alguna forma al humano sobre la tierra. Esta idea está relacionada con la antropomorfización generada tras la fusión de cristianismo y paganismo tras el Edicto de Milan del año 313 y habría tomado la forma antropoide del dios Zeus. Se concibe al creador como una entidad humana, aunque incorpórea y que vaga por el universo. La segunda concepción sobre Dios viene a ser la de que es una cualidad de la naturaleza, una ley o un conjunto de leyes. Desde esta postura se defiende que Dios es la Inteligencia del universo o el conjunto de leyes que gobiernan el universo. Esta idea tiene origen supersticioso pero a su vez está influida por la ciencia y busca una conexión entre religión y ciencia. Busca conciliar ambas posturas. Por último, existe otra postura minoritaria en la actualidad occidental pero que ha empezado a multiplicarse como consecuencia de la influencia de las religiones y filosofías orientales, que es la de que Dios es Todo. Como hemos visto, las anteriores posturas conciben a un Dios todopoderoso, que gobierna el universo pero que está separado de él. Mientras que ésta tercera postura identifica a Dios y al Universo como una misma cosa. Por tanto, tiempo, espacio, energía y materia son, todo ello, Dios. A su vez, se puede afirmar sin rubor, tal y como hacen desde la filosofía zen, que "Yo soy Dios, pues Dios es Todo".