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4 de junio de 2016

El efecto Pigmalión

En Psicología se conoce como efecto Pigmalión a la influencia que tiene sobre los logros del individuo la creencia de las demás personas. Es lo que se conoce también como "profecía autocumplida". Como seres sociales que somos, tendemos a cumplir las expectativas que nuestro entorno social tiene sobre nosotros, tanto en sentido positivo como negativo. De ahí el peligro de imponer "etiquetas" negativas, especialmente sobre niños o adolescentes que están en fase de consolidación de su personalidad.
Esta influencia tiene importantes repercusiones en la motivación extrínseca, la que procede del exterior al individuo, a la hora de plantearse metas. Las personas que perciben expectativas positivas en su entorno tienden a 'programarse' inconscientemente la consecución de objetivos más ambiciosos y más numerosos. Mientras, al contrario, quienes reciben mensajes negativos sobre sus capacidades de logro, también tienden a 'programarse' mentalmente para conseguir menos objetivos y menos difíciles.
Este efecto, como todo en Psicología, no afecta a todo el mundo, ni lo hace en la misma medida. Podría recopilarse una enciclopedia con los logros de personas en quienes nadie confiaba y, a la vez, sobre tropiezos de personas cuyo entorno esperaba todo de ellas. Esto, claro, depende de factores como la edad y la personalidad. En general, los niños son más vulnerables a las expectativas de las personas de su entorno, especialmente familias y escuela, que es donde se forman sus vínculos afectivos. Así mismo, el rasgo de la personalidad que expone más al individuo a la presión externa es el locus de control externo, que se traduce en una tendencia a la motivación extrínseca.