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31 de diciembre de 2012

Epigenética y herencia lamarckiana

El descubrimiento de la epigenética podría considerarse como uno de los mayores hitos en biología, solo comparable a la decodificación del genoma. La epigenética es la capacidad que tiene el código genético de expresar la función de sus genes en reacción a estímulos ambientales. Este descubrimiento abre un cisma entre los neodarwinistas ortodoxos, que consideran que el genoma es inmutable y determina todas las características fisiológicas del individuo y los evolucionistas que piensan que el ambiente influye en la herencia. Esta segunda postura parte de las tesis de Jean Baptiste de Lamarck, quien defendía que las modificaciones ambientales experimentadas por los individuos se transmitían a los descendientes.
La epigenética estudia las modificaciones del código genético experimentadas durante la vida del individuo, que gozan de la capacidad de transmitirse de forma hereditaria. Recordemos que hasta el presente se consideraba que las dos únicas vías de modificación hereditaria eran las mutaciones. Algunas de las vías epigenéticas encontradas son la metilación de la citosina y la modificación de las histonas; ambos son procesos químicos que alteran la codificación del genoma y tienen como consecuencia la expresión de un determinado gen. 
Este descubrimiento es de una enorme trascendencia, porque abre las puertas a la herencia del ambiente, algo que hasta ahora se consideraba anatema. Lo cual significa que el organismo integra la capacidad de transmitir a los descendientes el aprendizaje que experimenta durante la vida del individuo en contacto con el entorno. Conocer todos los mecanismos de la epigenética nos podría llevar a prevenir enfermedades hereditarias y a que las nuevas generaciones heredaran algunas características que mejoren su adaptación al entorno, aunque en el presente esta idea entre en conflicto con algunos postulados de la bioética. 

11 de diciembre de 2012

En qué consiste la teoría de la panspermia

La teoría de la panspermia nos habla de que el origen de la vida en la Tierra procede del espacio y llegó en forma de cometa o meteorito. Según esta hipótesis, la vida no se desarrolló de forma endógena en nuestro planeta, sino que llegó del exterior y fertilizó el planeta. La idea no es una novedad, ya en el siglo V a.c. el filósofo griego Anaxágoras planteó esta posibilidad. El vocablo tiene su origen en el latín Pan (Todo) y Sperma (Semilla), que a su vez deriva del griego. Aunque el término panspermia se atribuye al biólogo alemán Hermann Eberhard Friedrich Richter, no fue hasta 1908, cuando el químico sueco Svante August Arrhenius lo empleó para hablar del origen de la vida fuera de la Tierra.
La idea de un pequeño cometa fertilizando un planeta inmenso tiene un atractivo que no debemos pasar por alto, que es el enorme parecido que presenta con un espermatozoide fertilizando un óvulo. Si observamos dos imágenes a distinta escala no queda más remedio que reconocer la facilidad con la que se puede asimilar un proceso y otro.



Sin embargo, hasta el presente, no existe evidencia científica de ese origen extraterrestre de la vida en la Tierra. Todo el registro fósil hallado hasta el momento indica que la vida evolucionó a partir de formas más simples de materia a lo largo de miles de millones de años. Lo que sí se ha asumido por la comunidad científica con cierto consenso es que el agua terrestre puede proceder de un cometa o de meteoritos formados por hielo que colisionaron contra la Tierra. De demostrarse esta tesis, la teoría de la panspermia cobraría un nuevo valor, pues no se concibe la vida en la Tierra sin la presencia de agua.

7 de diciembre de 2012

Cómo interpretar el lenguaje de las sensaciones

Las sensaciones son una respuesta de nuestra mente que están presentes en una gran cantidad de acciones de la vida cotidiana, pero la mayor parte de las veces ni siquiera reparamos en ellas. Cuando acabamos de conocer a alguien, cuando nos enfrentamos a una situación desconocida o incluso cuando pensamos en algo importante que tenemos que hacer próximamente, es corriente sentir una especie de descarga interior que se detiene en el abdomen o en el tórax. Se trata de una sensación que transmite información para ser interpretada. Las sensaciones son la respuesta mental a un estímulo externo o interno, son más complejas que los simples reflejos y más simples que los sentimientos, porque en su génesis ha contribuido tanto la genética como el aprendizaje. Si acabamos de conocer a alguien y percibimos en él algo que no nos gusta, probablemente nos recuerde a otra persona de la que guardamos malos recuerdos, aunque en ese momento no lo asociemos a ella. No existe mejor forma de interpretar las sensaciones que prestarle la debida atención. Después de cada experiencia debemos interrogarnos qué tipo de sensaciones hemos experimentado, si han sido positivas, neutras o negativas y en cada caso por qué creemos que ha podido ser. Es un ejercicio sencillo, que con un poco de práctica podemos perfeccionar y realizar en breves instantes.

25 de noviembre de 2012

Actitudes ante la vida

Las actitudes que adoptamos ante los retos que la vida nos impone están en buena medida relacionados con nuestro pasado evolutivo. Un pasado irracional en el que la lucha por la supervivencia era una constante. Para afrontar aquella vida, nuestros antepasados, al igual que la inmensa mayoría de especies animales superiores, se vieron obligados a recurrir a los mecanismos de huida o lucha. Esas dos actitudes opuestas permanecen en la actualidad en nuestro inconsciente y nos empujan en una u otra dirección a la hora de afrontar los avatares de la vida. Tal vez encontremos escasas similitudes entre la vida salvaje de la sabana y la presunta vida apacible de las sociedades urbanas, pero los estímulos de ambos entornos pueden desencadenar reacciones similares en nosotros. El estrés, la ansiedad, las fobias o la depresión son patologías en buena medida relacionadas con ese pasado salvaje.
A modo de concreción, existen dos actitudes ante la vida, la huida o la lucha. La huida nos hace sumirnos en el abandono, el miedo, la baja autoestima, la sumisión o el victimismo. En cambio, la lucha nos convierte en seres extravertidos, valientes, emprendedores, triunfantes, famosos. Aunque nunca hay que llevar a extremo ninguna conducta, lo cierto es que la actitud de lucha ante la vida hace que alcancemos nuestros objetivos y que nos propongamos otros nuevos, en cambio, la actitud de huida nos conduce al fracaso. A la hora de conquistar nuestros objetivos debemos tener en cuenta que los retos por los que atravesamos son consecuencia fundamentalmente de decisiones anteriores nuestras, aun cuando parezcamos arrastrados por el infortunio o el azar. Por ello debemos tener en cuenta que debemos superar esas pruebas que nos hemos propuesto para alcanzar las siguientes, aunque hayamos perdido el interés inicial. Difícilmente superaremos ninguna prueba si acostumbramos a abandonar ante las primeras dificultades.

10 de noviembre de 2012

El efecto de recencia

Recientemente hablábamos del Efecto de Primacía, aquel que nos hace recordar con mayor intensidad la primera vez que nos enfrentamos a una experiencia, en detrimento de las siguientes. El efecto contrario sucede cuando esa experiencia es familiar para nosotros y terminamos por asimilarla a las últimas percepciones que tenemos asociadas a ella. Esto resulta significativo cuando conocemos a alguien desde hace tiempo, una persona con la que nos relacionamos habitualmente. Lo normal es que la visión que tenemos de esa persona está asociada a las últimas experiencias en común. Haciendo memoria podemos recordar que aquella persona nos producía al principio rechazo, pero con el tiempo eso ha ido cambiando y ahora la vemos diferente. Esta situación es conocida como Efecto de Recencia, pues los recuerdos recientes son los que influyen en mayor medida en la percepción global que tenemos sobre algo o alguien. 

5 de noviembre de 2012

¿Es posible disfrutar en ausencia de placer?

La forma de vida que llevan los ciudadanos en la mayoría de países desarrollados lleva a pensar que la ansiada felicidad solo es alcanzable mediante el constante estímulo de los sentidos. Si analizamos las actividades que suministran placer en estas sociedades veremos algunos rasgos comunes a todas ellas. El sexo, la gastronomía, la literatura, el cine, la música, los viajes. Todo ello tiene en común su procedencia externa. El origen del placer asociado a esas actividades es fundamentalmente exógeno a nuestra mente. Por ese motivo, la inmensa mayoría de personas busca encadenar unas actividades placenteras con otras, a la vez que huye de aquellas que considera no placenteras, como el trabajo, los estudios o los desplazamientos. Los individuos parecen abocados a una búsqueda insaciable de estímulos placenteros, que les haga olvidar el resto de sus vidas.
Ahora bien, ¿es posible disfrutar en ausencia de placer? Aunque resulte increíble, no solo es posible sino que este tipo de satisfacción es más duradera y redunda en una mejor calidad de vida. Muchas personas, de forma inconsciente, programan actividades que desean para el futuro, viajes, ceremonias, estudios. Al programar esos eventos, están recreando en su mente algo que en realidad no existe, pero que tiene probabilidades de llegar a existir. El evento en sí, es algo realmente efímero, pero la programación puede durar incluso años. Esa actividad mental en la que se programa el futuro no solo es placentera sino que es duradera, aporta sentido a la vida y es la pieza clave para cumplir los deseos. Está demostrado que las actividades exclusivamente mentales tienen efectos en nuestro cerebro similares a los que producen estímulos físicos. Las personas que aprenden a meditar dominan a la perfección la producción de sensaciones placenteras y son capaces de evocarlas en ausencia de estímulos externos. Aprender a vivir sin una constante exposición a placeres mundanos redunda en una calidad de vida mucho más plena y satisfactoria.

24 de octubre de 2012

Los hemisferios cerebrales

Los hemisferios cerebrales son las dos grandes partes en que se divide el cerebro. Los dos hemisferios se encuentran conectados por medio del cuerpo calloso, que está formado por los axones de las neuronas. Cada hemisferio controla los movimientos del lado opuesto del cuerpo, debido a que las fibras de la vía corticoespinal se cruzan a la altura del bulbo raquídeo, en lo que se conoce como decusación piramidal. Además de controlar el movimiento del cuerpo, cada hemisferio se encuentra asociado al control de determinadas funciones cognitivas superiores. 
El hemisferio izquierdo se considera la zona de predominio analítico, desde donde se ejerce la mayor parte de funciones relacionadas con el lenguaje. En este hemisferio destacan el Área de Broca, relacionada con la producción del habla y el Área de Wernicke, vinculada a la decodificación auditiva del lenguaje. En suma, el hemisferio izquierdo se relaciona con la visión analítica de la realidad, centrada en el lenguaje y los detalles sutiles.
El hemisferio derecho por su parte está asociado a la inteligencia espacial, la percepción global de la realidad y la producción y comprensión artísticas. Por lo que este hemisferio domina las funciones sintéticas de la cognición.
Esta diferenciación entre los hemisferios cerebrales es una característica eminentemente humana y está asociada a las funciones intelectivas superiores, como el lenguaje. Cada persona tiene un predominio mayor de uno de sus hemisferios, asociado tanto a factores hereditarios como al aprendizaje en las primeras etapas de la vida.
En la realización de la mayor parte de tareas, ambos hemisferios actúan de forma coordinada, por lo que es improbable la actividad aislada de un hemisferio. Por ejemplo, en la producción musical, el hemisferio izquierdo se ocupa de la discriminación auditiva de las notas aisladas, mientras el derecho se encarga de percibir la armonía y el efecto global de la pieza.

6 de octubre de 2012

Otras formas de ver

Desde la infancia se enseña a contemplar el mundo fijándonos en lo concreto, lo tangible, en aquello formado por materia visible, como los sólidos o los líquidos. Es un proceso de aprendizaje inconsciente, tanto por parte de los adultos como de los niños, por medio del cual anulan toda posibilidad de visionar más allá de los objetos tangibles, las personas, los muebles, los árboles. Sin embargo, hay mucho más que ver, pero mucha gente se lo pierde por no haber aprendido a contemplarlo. 
Existen otras formas de ver la realidad además de la simple observación concreta. Podemos citar algunos ejemplos como la visión nocturna, que tarda más de media hora en alcanzar su máximo rendimiento y nos permite ver en la oscuridad con una cantidad mínima de luz. También podemos citar la visión de los pintores, cuando entrecierran los ojos para enfocar de forma diferente la imagen que están proyectando sobre su lienzo. También podemos referirnos a la visión hipnótica, cuando nos fijamos en un objeto fijamente hasta que el entorno comienza a difuminarse. 
Pero queremos incidir en este caso en un tipo de visión relacionado con algunos de los anteriores tipos. Sucede en entornos de escasa luminosidad, en presencia de otras personas y en estado de relajación. Situación similar a la que se reproduce durante la oración en los templos de cualquier religión. El ojo es capaz de apreciar algo similar a una emisión vaporosa procedente fundamentalmente del resto de personas. No debemos entender esto como una emisión luminosa. Las personas y los seres vivos no emiten luz. Evidentemente, si la emitieran serían visibles en la oscuridad. Lo que los seres vivos emiten son otro tipo de ondas no visibles para el ojo humano, pero que influyen sutilmente en el entorno que rodea los cuerpos, de tal forma que se puede apreciar ese efecto en determinadas circunstancias como las mencionadas.
Algunos tratados se refieren a esta emisión como 'aura'. El aura sería el área de influencia que rodea a los cuerpos. Para apreciar esta sutil emisión se debe elegir un espacio relajado, escasamente iluminado y donde el resto de personas se encuentren más o menos estáticas y relajadas. También ayuda que el color de las paredes y el techo sean de colores oscuros. Debemos apuntar nuestra mirada hacia las demás personas sin fijar la vista en sus cuerpos, mirando más allá, hacia el fondo de la estancia. Nuestra mirada debe estar 'perdida', relajada, sin fijarse en ningún objeto. Al contrario, se debe dejar que vague libre por la estancia. Si lo hacemos bien observaremos ese vaho sutil que nos rodea.


2 de octubre de 2012

Mapa de la ruta evolutiva del hombre

En el mapa aparece la ruta seguida por el hombre en su evolución a lo largo de millones de años, durante los cuales, distintas especies surgieron y desaparecieron en función de su grado de adaptación. La especie humana solo es una de ellas, descendiente de otras, que ha ido sorteando los obstáculos que muchas se han encontrado por el camino.

28 de septiembre de 2012

El origen de la bipedestación homínida

Entre las muchas características que distinguen a la especie humana del resto de primates se encuentra la bipedestación, una serie de cambios anatómicos que dieron paso de la marcha cuadrúpeda a la bípeda hace más de cuatro millones de años, en el este de África. Hasta hace poco se consideraba que estos cambios fueron consecuencia directa de la transformación del hábitat selvático hacia otro más abierto como es la sabana. Es decir, se creía que los homínidos cuadrúpedos evolucionaron para adaptarse al nuevo hábitat. Hoy, empero, se considera más probable que la transformación del hábitat y las adaptaciones en la locomoción sucedieron de forma paralela. Lo cual significaría que antes de que retrocediera la selva en la zona, ya existían algunos individuos con tendencia a la bipedestación, aunque fuera precaria, que alternaban ambos sistemas de locomoción. Tal vez la marcha cuadrúpeda la usaran para desplazarse a mayor velocidad, mientras que la bípeda la empleaban mientras recogían frutos de los árboles. Con la evolución de la sabana en detrimento de la selva, las generaciones descendientes de aquellos se vieron favorecidas para adaptarse al nuevo entorno y progresaron eficazmente. Para imaginar esta transición hemos de entender que fue un proceso lento, que implicó a miles de generaciones. Entre las especies cuadrúpedas y las bípedas se desarrollaron durante cientos de miles de años otras especies que combinaban ambas marchas. Para comprender esta situación solo tenemos que observar a nuestros pequeños cuando están aprendiendo a caminar erguidos. Antes de hacerlo caminan a gatas, una forma sui generis de marcha cuadrúpeda. Poco después comienza a erguirse, apoyándose en las paredes, como probablemente hicieron nuestros ancestros para alcanzar alimentos de los árboles. Finalmente abandona la marcha cuadrúpeda al perfeccionar la bipedestación. La evolución de estos rasgos, como de cualquier otro se produce lentamente, con pruebas y errores, muchos de los cuales no llegan a prosperar y algunos otros retroceden después de haber evolucionado. La evolución de la marcha bípeda ha tenido lugar por una acumulación continuada de factores que la han favorecido, de lo contrario, hoy no existiría.

24 de septiembre de 2012

¿Se puede adelgazar con la mente?

En algunos manuales de autoayuda se transmite la idea de que es posible adelgazar simplemente deseándolo con intensidad. ¿Hay algo de cierto en esta afirmación? Lo que suele suceder con estos textos es que no explican cómo se debe proceder ni por qué se produce el fenómeno. Lo cierto es que existen varios mecanismos mentales capaces de influir en el cuerpo de forma favorable para adelgazar o para otros procesos. Sin embargo, esto no sucederá de una forma simple por desearlo si no actuamos en consecuencia. El deseo debe ser el primer paso, pero no el único ni el último que demos hacia la consecución de nuestro anhelo.
El estado de la mente y el cuerpo antiguamente se creían universos separados, pero en la actualidad se conoce abundantes patologías conocidas como psicosomáticas, que son aquellas que la mente proyecta sobre el cuerpo. La mente puede inducir estados como el estrés, que consumen abundantes recursos energéticos del organismo y que, por ende, pueden producir el adelgazamiento que mucha gente desea. No obstante, ese estado tiene otros efectos nocivos tanto para la mente como para el cuerpo. Con un adecuado entrenemiento mental se puede producir un estado de agitación que acelere el metabolismo y contribuya al consumo de calorías. Determinados pensamientos activos son capaces de producir esa aceleración, como aquellos en los que el sujeto se imagina combatiendo, compitiendo en un deporte, actuando ante el público, etc. Por tanto, este sería uno de los mecanismos para adelgazar con la mente.
Otro efecto, probablemente no deseado, de determinados pensamientos estresantes es la inflamación de algunos tramos intestinales, que producen patologías como colitis o gastroenteritis. Cuando el sujeto ingiere alimentos consciente de que está abusando o que le pueden sentar mal, es bastante probable que termine con una de estas patologías, cuya finalidad es evacuar con rapidez el tubo digestivo y prevenir la introducción de elementos tóxicos o infecciosos en el organismo. Por tanto, este sería otro mecanismo, poco agradable, mediante el cual se puede disminuir la admisión de calorías procedentes de los alimentos que ingerimos.
Por último, los deseos adecuadamente estructurados y consolidados coadyuvan a programar de forma eficaz la mente, de tal forma que el sujeto modifica su conducta, adquiere hábitos nuevos y se desprende de otros anteriores. Esa modificación conductual puede derivar en hábitos más saludables mediante los cuales mejore la alimentación e incremente la actividad física sin que ello suponga un trauma.
Como vemos, adelgazar con la mente no es una quimera, sino una posibilidad abierta para quien quiera educar su mente de forma adecuada.

22 de septiembre de 2012

¿Utilizamos solo el diez por ciento de nuestro cerebro?


Un aserto recurrente en los textos sobre pseudociencias es el que dice que solo empleamos el diez por ciento de nuestro cerebro. Para reforzar esa afirmación suelen añadir frases como "¿te imaginas si fueras capaz de usar todo tu cerebro?". Esta afirmación sin matizar no solo es falsa, sino absurda. El cerebro se compone de neuronas y las neuronas necesitan actuar para vivir. Aquellas neuronas que dejan de funcionar, se mueren. Es lo que les sucede a los pacientes que han perdido un miembro; las neuronas encargadas de controlar ese miembro dejan de tener utilidad y se mueren. Por tanto, todas las neuronas que tenemos son funcionales y tienen actividad regular. 
Otra cosa distinta es la potencialidad del cerebro. En efecto, el cerebro crea conexiones sinápticas entre neuronas cuando adquiere un nuevo conocimiento o habilidad, por lo que a mayor aprendizaje, mayor número de conexiones sinápticas. La riqueza de conexiones sinápticas es un índice del empleo del potencial del cerebro. Por ello podríamos afirmar que una persona que adquiere muy pocos conocimientos o habilidades a lo largo de su vida ha empleado solo un pequeño porcentaje del potencial de su cerebro. Con todo, los mencionados textos no parecen referirse al potencial, sino al 'uso' y en todo caso las cifras que manejan son una simple exageración para captar la atención de potenciales consumidores de sus productos.

15 de septiembre de 2012

El papel del sueño paradójico en la evolución de la mente

La fase de 'sueño paradójico' es aquella en la que el individuo se encuentra dormido más profundamente, durante la cual se produce el movimiento involuntario de los ojos, por lo que también se la conoce como 'fase R.E.M.', por su sigla inglesa (Rapid Eye Movement). Durante esta fase, empero, es fácil despertarse, es por lo que se la ha llamado fase de sueño paradójico. Es una fase que se tarda en alcanzar aproximadamente una hora y media después de conseguir dormir y en ella se desarrollan los sueños. Esta fase solo la alcanzan las especies más evolucionadas porque entrar en ella conlleva un gran aislamiento de la realidad. Por eso, las especies que viven en entornos amenazados como el bosque o la selva no la han desarrollado. Solo una especie social como el homo sapiens es capaz de crear las estructuras de seguridad necesarias para proteger al clan de amenazas, construyendo refugios en cuevas, cabañas, etc. Al aumentar la seguridad del grupo, aumentó la capacidad de dormir en plena relajación sin miedo a sobresaltos. En esas circunstancias se desarrolló la fase de sueño paradójico.
Las funciones de esta fase son objeto de discusión académica por parte de los expertos. Lo más probable es que esta fase sirva para consolidar el aprendizaje de lo vivido durante la vigilia. Ciertamente, los estímulos durante el día son tantos y tan rápidos, que la mente racional no los puede procesar a la velocidad que aparecen. Sin embargo, la memoria puede guardarlos hasta la noche y dejar que el inconsciente les otorgue el valor que merecen. De este proceso emergen aprendizajes sin que participe nuestra mente volitiva, bajo un mecanismo que se desarrolla inconscientemente y que nos brinda importantes aprendizajes sin ser conscientes.

6 de septiembre de 2012

La hembra alfa y el contrato sexual

En el estudio de primates y de otros mamíferos es frecuente centrar la atención en el macho dominante, conocido como 'macho alfa', que es el que se sitúan en el puesto más alto de la jerarquía después de disputar su estatus mediante luchas o desafíos con los demás machos del clan. Este macho es a la postre el que dispone de la exclusividad de copular con las hembras durante el periodo de tiempo que dura su liderazgo, por lo que todas las criaturas nacidas de las hembras del clan serán portadoras de sus genes, asegurando que se perpetúe la fortaleza del líder en las nuevas generaciones.
Como bien sabemos, el hombre transgredió esa norma natural en algún momento no muy preciso de su evolución. Se da por sentado que esto sucedió después de los cambios anatómicos experimentados por la especie tras su progresiva bipedestación. El cambio de postura conllevó modificaciones en el canal de parto de las hembras que dio lugar a que las crías nacieran menos desarrolladas debido a las menores dimensiones de dicho canal. Estas criaturas necesitaban de un periodo de maduración fuera del útero durante el cual resultaban vulnerables tanto los recién nacidos como las madres, por lo cual se supone que nuestros antepasados desarrollaron formas sociales de cooperación que por evolución han dado lugar a nuestras sociedades. Uno de los aspectos más intrigantes de esa cooperación es el paso de la sexualidad exclusiva del macho alfa a la sexualidad monógama que caracteriza a nuestra sociedad.
Algunas teorías hablan del desarrollo del contrato sexual como forma de asociación recíproca. Una hembra con un recién nacido en brazos necesitaba que un macho se encargara de llevarle alimentos procedentes de la caza. Una forma de asegurarse que ese macho realizaría esa entregada tarea sería a través de la promesa de sexo exclusivo con él. Hemos de suponer que la primera hembra del clan en adoptar esa conducta sería la 'hembra alfa', es decir, la más deseada.
Para que esta situación se produjera, ya tenía que haber evolucionado lo que se conoce como dimorfismo sexual, que es la diferenciación anatómica entre machos y hembras que diferencia a nuestra especie de otros primates. Ese dimorfismo hace realmente atractivo al otro sexo de forma visual, sin la mediación de feromonas, como sucede en las demás especies. Consecuencia de ese contrato sexual sería la disponibilidad permanente de la hembra a copular con el macho a diferencia de otras especies donde esa disponibilidad queda reducida a los periodos de celo. Esta teoría viene a explicar el acceso de otros machos a las hembras. Si el macho alfa quedaba vinculado sexualmente en exclusividad a la hembra alfa, las demás hembras quedaban libres para relacionarse con otros machos que veían libre el acceso a las hembras liberadas por el macho dominante.
Es difícil conocer el orden exacto de estos relevantes pasos evolutivos, lo más probable es que el dimorfismo sexual y el contrato sexual evolucionaran de forma paralela como consecuencia del bipedismo y la ulterior vulnerabilidad de las crías. En todo caso, estos trascendentales acontecimientos derivaron en la conducta social que caracteriza a los humanos y constituyen la auténtica génesis de nuestra especie.

1 de septiembre de 2012

Vías hacia la autosanación

A lo largo de la historia han evolucionado distintas formas de entender la medicina que, más que antagonistas, son complementarias. La medicina de occidente considera que las enfermedades o las lesiones son problemas locales de un órgano o una parte anatómica delimitada en el espacio y la función del médico es restablecer el orden en esa parte del cuerpo. La medicina animista o totémica entiende los problemas de salud como castigo de los espíritus, por lo que el sanador, o chamán, tendrá el cometido de tranquilizar a los espíritus mediante rituales. Y la medicina oriental entiende la ausencia de salud como un desequilibrio en el sistema integral que forma el ser humano, por lo que las medicinas orientales intentan equilibrar el sistema para recuperar la salud. Como vemos, cada filosofía médica se desenvuelve en un plano de la realidad, desde el plano macro de los espíritus al plano micro de los órganos y los tejidos, pasando por el sistema corporal humano. Pero las tres grandes corrientes de la medicina tienen en común la transferencia del poder de sanar a un especialista, médico, sanador, chamán, brujo, hechicero. Porque todas las sociedades han creado especialistas en el arte de curar, que guardan con celo sus conocimientos y solo los transfieren por la vía iniciática a los nuevos sanadores. La carrera de medicina es un ritual iniciático, al igual que las enseñanzas de terapias orientales como el reiki o el yoga. La creciente complejidad de las sociedades ha fomentado que la capacidad de sanar haya quedado en manos de especialistas en medicina, de tal forma que las personas que carecen de formación han perdido esa capacidad. Sin embargo, aunque esta situación está generalizada a casi todo el mundo, la medicina oriental por su propia naturaleza centrada en el individuo como entidad psicológica y biológica sitúa al individuo en mejor posición para disponer de estrategias de autosanación sin la mediación de los especialistas. Porque, al fin y al cabo, es el sistema cuerpo-mente individual el que pierde o recupera el equilibrio. Mientras que la medicina espiritual de las sociedades tribales requiere de un intérprete de los designios que aguardan los espíritus, y la medicina occidental, de un especialista que conozca hasta el último rincón del interior del cuerpo, la medicina oriental recurre a la mente del paciente para inducirle la sanación. Por ello en las sociedades orientales existe una mayor capacidad de autosanación aprendida culturalmente. En occidente solemos acudir al médico cuando ya se ha manifestado la dolencia, en oriente hay una mayor tendencia a adelantarse a la aparición de la dolencia, porque la práctica de la meditación busca zonas de tensión o desequilibrio y centra las energías en recuperar el equilibrio, por lo que se adelanta a la enfermedad antes de que se manifieste.

15 de agosto de 2012

Inducción y deducción

La inducción y la deducción son los dos procesos que emplea la mente humana para adquirir nuevo conocimiento. Ambos sistemas se mueven en sentidos opuestos, pero son complementarios. La inducción se mueve de arriba abajo y la deducción de abajo arriba. La ciencia desde sus inicios ha institucionalizado estos sistemas de aprendizaje para sistematizar el conocimiento con rigor. La inducción parte de una teoría e intenta aplicarla a nuevos procesos. La deducción parte de datos empíricos para extraer una teoría que los unifique. La deducción es el aprendizaje extraído por la experiencia acumulada, mientras la inducción es la aplicación de un conocimiento adquirido para demostrar su validez. Cuando un ingeniero diseña un puente preparado para soportar un determinado esfuerzo basándose en los datos que posee sobre la resistencia de los materiales y la dinámica de las masas está aplicando la inducción. No necesita probar esos materiales porque dispone del conocimiento que le informa sobre su resistencia, aunque la forma o dimensiones del puente sean diferentes a otros diseños precedentes. El caso contrario sería cuando se comenzó a construir puentes con unas determinadas características de masa, material y forma y se empezó a comprobar cuáles de aquellos diseños soportaban el paso del tiempo y el esfuerzo. Con el tiempo, los constructores extraerían conclusiones sobre el tipo de puente que había que diseñar para obtener éxito. Esa conclusión era una forma de deducción.

2 de agosto de 2012

Percepción extrasensorial

El estudio de la percepción extrasensorial es un tema recurrente tanto por parte de la neurología como por los enfoques metafísicos. Al hablar de percepción extrasensorial nos referimos a la supuesta capacidad del ser humano de recibir información o estímulos directamente al cerebro sin la mediación de los sentidos. Pero ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Existe realmente esta capacidad? Hay muchos testimonios de personas que aseguran haber percibido el fallecimiento de seres queridos que se encontraban a kilómetros de ellas, sin haber establecido ningún contacto con ellos, y muchos otros en los que los relatores afirman haber tenido presagios de peligros inminentes y situaciones similares. A día de hoy no existe demostración científica alguna que demuestre esta supuesta capacidad, y ello a pesar de los múltiples estudios que indagan en estas capacidades al margen de los sentidos. Entonces ¿qué sucede en la mente de estas personas? Desde este espacio no nos gusta cerrar la posibilidad a ninguna opción, pero tampoco crear falsas esperanzas. La conclusión más probable es que este fenómeno se trate de otra propiedad mental, igual de fascinante pero más prosaica para los amantes de lo esotérico. Hablamos de la intuición. La intuición viene a ser la propiedad mental que unifica todas las percepciones, tanto internas como externas, en una experiencia única, de tal forma que se pierde el rastro sensorial. Supongamos que una persona va caminando distraída y de repente se detiene porque ha tenido la percepción de que se acercaba un peligro. Al instante pasa un vehículo a toda velocidad. No lo había visto, no lo había oído y ni siquiera iba atenta, pero ha tenido esa percepción. Se debe a que el cerebro integra múltiples estímulos o percepciones y los traduce en una intuición. El hecho de que esa persona percibiera el peligro se puede deber a factores como que su mente ha interpretado que llevaba suficiente tiempo sin prestar atención al entorno, a que ha escuchado algo extraño o a que su memoria le ha informado de que ese lugar está expuesto a peligros. En todo caso, la intuición se compone de experiencias reales, producto de los sentidos, la memoria y la inteligencia. Por el momento, a falta de verificación empírica, la percepción extrasensorial como tal no existe. Pero muchos pensarán que quién la necesita, disponiendo de las facultades que tenemos.

1 de julio de 2012

La evolución de la consciencia en el hombre

Aún no se conoce con exactitud cómo los procesos neuronales dan lugar a la consciencia; sin embargo, sí conocemos los efectos que produce esta facultad mental. Podemos definir la consciencia como la capacidad de recrear una imagen de la realidad en nuestra mente. Con la evolución, esa imagen integrará mayor riqueza de detalles, será más amplia en el espacio y más prolongada en el tiempo. Ser consciente del paso del tiempo significa que somos capaces de formar una imagen sobre el tiempo en nuestra mente. Ser conscientes del Universo consiste en formar una imagen suya en nuestra mente.
Todos los animales dotados de sistema nervioso, aún en sus estadios más primarios, están capacitados para reaccionar ante estímulos externos o internos. Los individuos de especies menos evolucionadas tienen un repertorio conductual muy básico y orientado hacia las dos funciones primordiales que son el instinto de supervivencia del individuo y el de supervivencia de la especie. El primero de estos instintos le obliga a conseguir alimento de forma periódica, a defenderse o huir de las agresiones y a protegerse de las adversidades ambientales. El otro instinto le orienta hacia la reproducción. Estas especies, como pueden ser los reptiles o los peces, tienen una percepción de la realidad muy reducida y se limita a aquello que afecta a los mencionados instintos. Se puede afirmar que su limitada realidad se reduce a sí mismos.
Conforme avanzamos en la evolución cerebral, nos encontramos con las aves y los mamíferos, los cuales son capaces de reproducir repertorios conductuales aprendidos, registrados en la memoria y que le sirven no sólo para sobrevivir y reproducirse sino también para proteger a otros individuos de su entorno, normalmente emparentados directamente. El universo de la realidad en estas especies es sustancialmente superior a las especies anteriores. Al incluir en su realidad a los compañeros de clan, tribu o familia, estas especies cuentan con una consciencia incipiente en la que se deben posicionar frente a los otros individuos.
Finalmente, el cerebro humano de un adulto es capaz de incluir en su realidad mucho más que a los compañeros de tribu o al entorno próximo. Desde los albores de la historia, el hombre se ha preguntado por las estrellas, por el sentido de nuestra existencia, sobre la posibilidad de un Creador o sobre las leyes que rigen el Universo. Y todo ello sin renunciar a las estructuras cerebrales herederas de nuestros ancestros, que nos garantizan la supervivencia y la convivencia con nuestros congéneres.
Por tanto, tenemos un cerebro complejo que integra las funciones de consciencia de individuo, de sociedad y universal. Si bien, aún queda por desarrollar esta última faceta para comprender y asimilar las leyes que gobiernan el Universo. Estamos invirtiendo ingentes cantidades de energía en ampliar nuestra capacidad de observación del Universo cuando ello no nos va a garantizar su comprensión. Podríamos emplear similares esfuerzos en comprender el Universo próximo, pues de las leyes cercanas podemos extraer leyes para comprender las más lejanas. No se trata, pues, de un desarrollo desenfrenado en la capacidad de exploración hacia el exterior, sino en la capacidad de introspección.

8 de junio de 2012

Homeopatía, la otra medicina

La homeopatía se ha abierto paso lentamente en nuestras sociedades, acostumbradas en los últimos decenios a la medicina paternalista y racional, donde no había cabida para tratamientos alternativos. Por suerte, las nuevas generaciones de médicos y farmacéuticos cuentan con una visión más amplia de la que han recibido en sus facultades y están favoreciendo la eclosión de nuevas formas de medicina, consideradas hasta hace pocos años poco menos que anatema. La homeopatía cuenta con más de dos siglos de historia, desde que la introdujera el médico sajón Samuel Hahnemann a finales del siglo XVIII como medicina alternativa, basada en el principio de que "lo similar se cura con lo similar". Esta forma de curar se basa en la preparación del organismo para luchar contra determinados agentes enfrentándolo a dichos agentes bajo dosis moderadas. Esto no resulta del todo desconocido para la medicina convencional, pues se basa en la misma premisa que las vacunas. Con esa premisa, se introduce en el organismo dosis limitadas de las sustancias naturales contra las que se quiere luchar, de suerte tal que el cuerpo adopta una postura defensiva y se prepara ante nuevos ataques. Antiguamente se preparaba las pociones diluyendo la sustancia hasta que la proporción ínfima en relación al agua que la contenía. Esa característica le reportó la mayor parte de las críticas a esta terapia, pero sus defensores argüían que la sustancia transfiere sus propiedades al agua con la que entra en contacto y que, por ende, no era preciso que dicha sustancia estuviera contenida en dosis mayores. En la actualidad han cambiado las formas de disolver los principios activos en agua, respetando el resto de características de la terapia. Es evidente que la homeopatía tiene sus limitaciones, frente a enfermedades graves o frente a enfermedades ya declaradas, pero aporta una interesante alternativa para todos aquellos pacientes que quieran dejar de saturar su organismo de sustancias químicas y de sufrir los temidos efectos secundarios. En la actualidad hay varios productos homeopáticos aprobados por las autoridades sanitarias y de venta en famarcias.

5 de junio de 2012

Interpretaciones sobre el sentido de los sueños

A lo largo de la historia reciente de la ciencia, los distintos investigadores han ido modificando su posición sobre el sentido de los sueños. Las posiciones se han movido entre tres tendencias: la que supone que tienen una función reparadora, la que los considera como un simulador de la realidad y la que entiende que cumplen la función de consolidar recuerdos. Esta última posición parece la más aceptada en la actualidad, sin embargo nosotros nos inclinamos más por la de que los sueños son una simulación de la realidad. El argumento de que los sueños son imperfectos se debe a la escasa atención que se le presta. Viene a ser algo así como pensar que el lenguaje escrito es imperfecto porque el hecho de que existan analfabetos. Lo que sucede es que no ejercemos ningún tipo de control sobre los sueños y ellos se disparan de forma caótica, mezclando imágenes, palabras y sensaciones, muchas veces sin sentido. Sin embargo eso puede cambiar. Con un adecuado entrenamiento se puede lograr entender e incluso programar los sueños.
En una primera fase hay que prestar atención a los sueños. Intentar recordar lo que hemos soñado, escribiendo si es preciso el contenido del sueño. Esto hay que hacerlo inmediatamente después de despertar, pues el sueño se desvanece a gran velocidad con la vigilia. Esta atención a los sueños nos hará más conscientes de qué clase de contenidos abundan en ellos. Descubriremos las pautas, las recurrencias. Aquello que se repita con frecuencia o que aparezca con mayor intensidad será un mensaje de nuestra mente subconsciente. Debemos atender tanto a las imágenes y los diálogos como a las sensaciones que experimentamos, sin miedo a las pesadillas, pues todo es significativo para nosotros.
En una segunda fase podemos intentar programar los sueños. No es fácil, pero es posible. Los sueños suelen aportar emociones a experiencias que no hemos vivido en primera persona. Es decir, nos indican qué sentiríamos si tuviéramos esa experiencia. Por ello solemos soñar con aquellas experiencias que representan algún tipo de reto o de incertidumbre para nosotros. Programar el sueño consiste en hacer preguntas a nuestra mente mediante imágenes. Esto consiste en reproducir secuencias de imágenes de forma consciente. La mejor hora es inmediatamente después de acostarnos. Nuestra mente estará más abierta. Esas imágenes suelen estar desprovistas de emociones. Los sueños se encargarán de agregar esas sensaciones a nuestras imágenes. Tal vez no lo consigamos el primer día, pero si persistimos llegará la secuencia y con ella las respuestas emocionales que buscamos.

1 de junio de 2012

Los telómeros y la lucha contra el envejecimiento

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Los telómeros son los extremos de los cromosomas y constituyen el reloj del envejecimiento de los organismos y su ulterior defunción. Estos telómeros se van acortando con cada división celular, de tal forma que cada célula lleva escrito el tiempo de vida que le queda al organismo. La telomerasa es la enzima que impide ese acortamiento y que solo actúa en las fases embrionarias de las células, como las células madre, y en los tumores. Gracias al estudio de los tumores se descubrió este mecanismo de muerte programada. La consecuencia es que una célula de un individuo adulto es una copia exacta de las que poseía años atrás, excepto en que sus telómeros se han acortado. Este acortamiento conduce a la muerte del individuo. En la actualidad se está trabajando en la fase uno, la que se realiza con ratones de laboratorio, en experimentos para regular la actividad de la telomerasa, de tal forma que siga induciendo la reproducción intacta de los telómeros, como sucede con las células madre. Si los avances en esta materia dan sus frutos, los resultados pueden ser los más importantes que haya conocido la historia de la humanidad. Estaríamos hablando nada más y nada menos que de la inmortalidad. El sueño de todo ser humano. Sin embargo, habría que abrir un debate paralelo que indagase en las causas de la mortalidad de los individuos. La muerte de unos organismos conduce al nacimiento de otros nuevos, virtualmente mejor adaptados. Por ello, la muerte se ha consolidado como un rasgo característico de la biosfera. Sin la muerte de unos organismos no habría nuevos nacimientos ni habría adaptación al entorno. Entonces, tendríamos que preguntarnos qué seres deberían gozar del privilegio de la inmortalidad, siquiera de la longevidad, y qué beneficios aportarían a la humanidad y a la naturaleza. De lo contrario solo estaríamos contribuyendo a mantener una especie parasitaria que aniquilaría los recursos del planeta y arrastraría a todo el ecosistema con ella. Es decir, si la naturaleza ha mantenido la muerte de los individuos durante miles de millones de años ¿debemos buscar mecanismos para manipular ese designio natural? Lo cual nos conduciría a respuestas interesantes. Por ejemplo, que solo las especies capaces de manipular su genoma debieran gozar del privilegio de ser inmortales. Pero todo cambio abrupto conduce a desequilibrios peligrosos. ¿Qué sucedería si un humano inmortal ve morir a toda su generación y a las siguientes? ¿Querría seguir viviendo o su vida carecería completamente de sentido? Por ello, deberíamos plantearnos la posibilidad de investigar en otra línea distinta, pero con las mismas implicaciones, que es la que escruta los motivos por los que unos individuos son más longevos que otros. Eso nos puede llevar a encontrar los rasgos que la naturaleza ha elegido como propicios para el sistema. Reproduciendo estos rasgos aumentaríamos la longevidad de nuestra especie y con el tiempo quizá llegásemos a la ansiada inmortalidad.

24 de mayo de 2012

Los glóbulos de Bok

Se conoce con el nombre de Glóbulos de Bok a las acumulaciones de hidrógeno que dan lugar a las estrellas. Esto sucede en las nebulosas, esas masas de hidrógeno y otros gases que se acumulan entre los brazos de las galaxias. En determinadas regiones se concentra una masa suficiente de hidrógeno que comienza a comprimirse por acción de la gravedad. Esto hace que aumente su temperatura brutalmente hasta el punto de 'arrancar el horno termonuclear' donde la fusión de núcleos de hidrógeno da lugar a núcleos de helio a la vez que libera descomunales cantidades de energía. Estos glóbulos son los embriones de esas estrellas y se sabe que se desarrollan preferentemente en las nebulosas, situadas en zonas distales de las galaxias. Aunque recientemente se ha descubierto que esas regiones no tienen la exclusividad, pues se encontró estrellas recién nacidas en las proximidades del núcleo galáctico.

22 de mayo de 2012

Simposio sobre Ciencia y Religión

En noviembre de 2011 se celebró en la Fundación Ramón Areces, en Madrid, el Simposio Internacional: Ciencia y religión en el siglo XXI: ¿diálogo o confrontación? En el que se abordó de forma interdisciplinar la relación entre las dos visiones que mantienen dividido al mundo. Lo más relevante es el esclarecimiento de los tres modelos de relación que a lo largo de la historia han mantenido la religión con la ciencia. El primero es el de la controversia, según el cual, la religión es diametralmente opuesta a la ciencia y por tanto su influencia es nociva para el conocimiento científico. Es el modelo de Carl Sagan o Stephen Hawking. El segundo es el de la concordancia, que se basa en emplear datos científicos para demostrar hechos religiosos. Finalmente, está el modelo de la complementariedad, que consiste en reconocer que cada visión tiene su ámbito de actuación. El primer modelo hace colisionar los dos mundos presentándolos como irreconciliables, como dos caminos que parten de un cruce y que jamás se cruzan. Hemos de decir que todos los modelos de conocimiento contrapuestos surgidos a lo largo de la historia siempre han concluido reconociendo que el modelo opuesto tenía su parte de razón. Es lo que sucede entre ciencia y filosofía, racionalismo y empirismo, naturalismo y tecnologismo, etc. Por tanto, el modelo de confrontación niega una parte del saber acumulado en forma de creencias. El modelo de la concordancia viene a ser el opuesto, intenta demostrar que todos los relatos sagrados se pueden demostrar científicamente. Es el modelo que sigue el director James Cameron cuando intenta demostrar los vestigios del Éxodo y el Diluvio Universal. Este modelo también pervierte el sentido de los textos religiosos. Los libros sagrados como la Biblia o el Corán no deben entenderse como libros de ciencias que explican los complejos mecanismos de la naturaleza o como libros estrictamente históricos. Son fundamentalmente códigos morales que guían y unifican el comportamiento de las personas que se unen bajo su credo. Aunque contienen datos históricos e incluso datos sobre procesos naturales, debemos tomarlos como surgidos de la sabiduría popular más que como científicos. Los historiadores se basan en estas escrituras para documentar hechos históricos, pero antes deben acometer una ardua tarea de exégesis para separar el dato histórico de los ornamentos literarios propios de estos textos. Al tratarse de códigos de conducta, los textos sagrados hacen uso de recursos literarios como la metáfora o la hipérbole, para enfatizar determinados pasajes y con frecuencia incorpora leyendas y relatos sacados de contexto. Por ello no se debiera hacer una lectura literal de los hechos narrados. Finalmente, el modelo de la complementariedad es el que se presenta como lógico y más propicio para ambos ámbitos de pensamiento. Son muchos los científicos que comparten sus creencias religiosas con la actividad científica sin que sientan estar traicionando ninguno de sus mundos. Esto es así porque la ciencia busca explicar los fenómenos desde la verificación para aumentar el conocimiento sobre la naturaleza de las cosas. Por su parte, la religión no busca comprender los mecanismos intrínsecos de la naturaleza sino guiar la conducta de una comunidad basándose en la sabiduría acumulada por la experiencia milenaria. No debemos perder el tiempo intentando descubrir quién tiene la razón, pues cada visión la tiene en un ámbito.

19 de mayo de 2012

El ascensor espacial


Entre los muchos proyectos que jalonan los espacios científicos de referencia se encuentra el conocido como "ascensor espacial". Se trata de un proyecto que promete sustituir los actuales sistemas de viajes al espacio. Estaría formado por un cable de grandes dimensiones que partiría de una torre y estaría anclado a un satélite artificial que se encargaría de mantener el cable tenso. Para ello, este satélite tendría que situarse en órbita geoestacionaria; es decir, desplazarse a la misma velocidad angular que la Tierra. Esto se consigue situando el satélite a una distancia aproximada de 36.000 km. de la Tierra.
Es un proyecto faraónico pero materialmente factible. Las naves se desplazarían por el cable, atravesarían las primeras capas de la atmósfera y desde allí partirían con propulsión convencional. El regreso sería el proceso inverso. Además de ahorrar grandes costes en combustible, este sistema serviría para prevenir accidentes. Especialmente los derivados de la reentrada en la atmósfera. A día de hoy nos conformamos con soñar con este colosal proyecto.

10 de mayo de 2012

Los beneficios de la meditación

Ya se sabía, pero no estaba demostrado científicamente. Ahora ya está demostrado que meditar es mucho más que un hábito relajante o un 'pasatiempos' para pensar. Meditar es sobre todo, sentir. Dejar la mente en blanco y olvidarse de la racionalidad. Desconectarla. Es un estado entre la vigilia y el sueño. No se está durmiendo, pero tampoco se debe estar completamente despierto y pendiente del exterior. Es una búsqueda interior, donde las sensaciones desplazan a las razones y los pensamientos. Si se alcanza ese estado se empezará a percibir sensaciones que habían pasado desapercibidas durante la vigilia. Unas sensaciones serán negativas, como tensiones o dolores, mientras que otras serán positivas, como el cosquilleo de un masaje o un escalofrío. Cuando se entrena con frecuencia, es posible ingresar a ese estado con mayor facilidad. Aunque la postura ideal es la reflejada en el gráfico, se puede realizar también tumbado, sentado o incluso de pie, aunque lógicamente, los resultados son sensiblemente diferentes. 

Fuentes de la imagen: Dr. Andrew Newberg, "Time", Educational coaching UK/ E. Amade, EL MUNDO.

8 de mayo de 2012

El saber ¿ocupa lugar?

Existe la creencia popular de que los nuevos conocimientos deben reemplazar el espacio que ocupan los antiguos. Es decir, el saber ocupa lugar físico en el cerebro y se debe 'vaciar' una parte si queremos introducir nuevos datos. Lo cual implicaría que al aprender una nueva habilidad olvidaríamos otra anterior. ¿Tiene esto algún fundamento? De ninguna manera. Al contrario, los nuevos aprendizajes pueden ayudar a consolidar los anteriores. El aprendizaje no ocupa bits de una memoria limitada como en el caso de los ordenadores, sino que  crea nuevas conexiones sinápticas o refuerza conexiones anteriores. Por tanto, el nuevo conocimiento lo que hace es crear nuevas rutas cerebrales empleando en ello las neuronas preexistentes. Dicho de otro modo, las mismas neuronas que participan en un conocimiento pueden participar en nuevos conocimientos sin que su capacidad se agote, ya que los nuevos datos lo que hacen es crear ramificaciones sinápticas mediante síntesis proteica. Además el cerebro emplea los conocimientos anteriores para aprender con mayor facilidad los nuevos. Así, una persona que sepa hablar tres idiomas tendrá más facilidad para aprender un cuarto, que otra que solo sepa hablar el idioma materno. Los nuevos datos se apoyan en las mencionadas rutas sinápticas, que no son más que ramificaciones dendríticas conectadas a axones mediante neurotransmisores. Al aprender, lo que sucede es que aumentan las rutas de comunicación entre las neuronas que ya existen, por tanto no se agota su capacidad sino que aumenta. Es algo parecido a lo que sucede cuando se crean nuevos pasillos aéreos entre ciudades preexistentes. Al aumentar las comunicaciones entre ciudades, aumenta su capacidad de intercambiar información, no disminuye. Todo aquel conocimiento que desaparece de nuestra memoria no lo hace por la aparición de nuevos aprendizajes sino por falta de uso. La memoria registra con intensidad los recuerdos intensos y los recuerdos que son empleados con frecuencia. Es decir, aquellos que considera útiles para sobrevivir. Los demás se van desvaneciendo progresivamente, pero nunca porque aparezcan nuevos.

7 de mayo de 2012

La inteligencia del Universo


Es común creer que la inteligencia es una cualidad intrínsecamente humana y que, por ende, toda probabilidad de encontrar inteligencia fuera de la Tierra está supeditada al hallazgo de otras especies inteligentes en otros planetas. Por tanto, todos los esfuerzos se centran en encontrar planetas más o menos parecidos al nuestro, con la esperanza de encontrar en ellos especies similares a nosotros mismos. Dando por supuesto que el hombre tiene el monopolio de la inteligencia. Ahora bien, ¿es disparatado contemplar el Universo como una descomunal maquinaria inteligente? Si extrapolamos los procesos que rigen la vida del hombre al Universo, no nos quedará más remedio que reconocer grandes similitudes, pero a escala gigantesca. El Universo es una monumental maquinaria de crear y destruir galaxias, que a su vez crean y destruyen estrellas, y estas planetas y otros cuerpos. Las galaxias se estructuran en lo que se conoce como super red cósmica que es una estructura de filamentos formados por miles de galaxias. Esa estructura es equiparable a un esqueleto. Por tanto, el Universo crea galaxias, como el cuerpo crea células y está formado por una estructura que le proporciona consistencia. Al igual que el cuerpo humano, el Universo también crece. Y al igual que este, no lo hace a un ritmo regular, sino con ciclos de crecimiento acelerado y ciclos de crecimiento más lento. Las neuronas se comunican entre sí mediante conexiones sinápticas, las galaxias se relacionan entre sí a través de la gravedad y la emisión de ondas electromagnéticas. Esta relación gravitatoria es la que ha permitido la formación de la mencionada red cósmica. Como dice Eduard Punset, "Ninguna de tus neuronas sabe quién eres. ni le importa" Por tanto, nosotros podemos pertenecer a una inteligencia superior sin ser conscientes de ello, al igual que nuestras neuronas desconocen que todas juntas forman una inteligencia superior. Si existen procesos lógicos similares a nuestro pensamiento en la comunicación entre galaxias es algo que en la actualidad escapa a nuestro conocimiento, pero los nuevos descubrimientos en física de partículas puede permitirnos al menos intuir si existe algún tipo de comunicación lógica entre las galaxias. ¿Cómo se puede distinguir un Universo inteligente de uno que no lo es? La inteligencia viene a ser el control sobre el propio destino. Si encontramos que el orden (cosmos) prevalece sobre el desorden (caos), podría ser un indicador de que el Universo de algún modo persigue ese orden, que le es favorable, frente al desorden. En ese caso tendríamos una aproximación a lo que bien podríamos llamar como la Inteligencia del Universo.

2 de mayo de 2012

El mapa de las partículas subatómicas

En la actualidad y a la espera de noticias procedentes del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), el mapa de las partículas subatómicas queda configurado como puede observarse en la tabla. Existen tres categorías de partículas: quarks, leptones y bosones. Algunas de las partículas de la tabla forman la materia ordinaria, mientras que otras solo se encuentran en laboratorios o en fuera de la Tierra. Por su parte, los bosones son los portadores de las fuerzas, débil, fuerte, electromagnética y gravitatoria. Los átomos están formados, huelga decir, por neutrones, protones y electrones. Los neutrones son partículas compuestas por tres quarks, dos 'abajo' y un 'abajo'. Los protones contienen dos 'arriba' y un 'abajo'. En ambos casos, los gluones actúan como 'pegamento' de estos quarks, son los portadores de la interacción fuerte. A su vez, los electrones, que orbitan en torno al núcleo electrónico, se encuentran enlazados por medio de fotones, que son los portadores de la fuerza débil. El bosón de Higgs es una partícula hipotética, a la que se le atribuye la característica de portar la masa. Recientemente se anunció desde el CERN, que su hallazgo se encontraba próximo. Además de las partículas mencionadas, se considera la existencia de una partícula que porta la gravedad, que se llamaría gravitón. Como vemos, el mapa aún está incompleto y nada nos impide pensar que puedan aparecer nuevas partículas o que las mencionadas nos descubran un interior compuesto de partículas aún 'más elementales'. No olvidemos que el átomo se consideraba antaño la partícula elemental; de ahí su nombre (indivisible). Por ello, este mapa solo debiéramos considerarlo como el estado de nuestro conocimiento sobre la materia y no como la delimitación del contorno de la materia.

24 de abril de 2012

Las fronteras de la vida

La frontera entre lo vivo y lo inerte es difusa. Tan difusa que se hace difícil determinar con precisión a qué lado de esa frontera situar determinados elementos. ¿Está muerto un animal cuando su cerebro acaba de morir, pero sus células aún siguen vivas? ¿Está muerto un virus informático que nace, se reproduce infectando computadoras y muere atacado por antivirus? ¿Está vivo un virus capaz de permanecer en estado latente durante largo tiempo, sin modificar su estructura, sin interactuar, sin tener ninguna actividad física? ¿Está muerto un robot dotado de inteligencia artificial? Es difícil establecer una frontera clara entre lo inerte y lo vivo porque son propiedades continuas de la materia. Es difícil porque nuestro cerebro comprende mejor las categorizaciones dicotómicas que le ayudaron a evolucionar, peligroso-inocuo, tóxico-comestible, lucha-huida, etc. Esas categorizaciones que antaño nos ayudaron, hoy limitan nuestra capacidad de comprender un universo en el que todo es continuo. La energía evoluciona hacia materia, la materia evoluciona hacia la vida, la vida hacia la consciencia y la consciencia hacia la tecnología. Y todo ello en un proceso sin solución de continuidad. La energía universal tiene la potencialidad de evolucionar hacia formas complejas de organización. El fuego, la tierra, el agua, la vida, el ser humano, no son más que formas complejas de organización de la energía universal.

20 de abril de 2012

La búsqueda de vida fuera de la Tierra

La búsqueda de vida fuera de nuestro planeta podemos dividirla en dos etapas con sendos modelos de predicción. La primera fase concentró los esfuerzos científicos en localizar formas de vida en los planetas del sistema solar. Esta etapa está caracterizada por cierta ingenuidad, al creer posible que formas de vida antropoides pudieran poblar todos los planetas conocidos. Superada esta fase y evidenciada la ausencia de vida en el sistema solar, incluidos los satélites, fuera de nuestro planeta, se entró en la segunda etapa, en la que se intenta localizar vida en planetas fuera del sistema solar, conocidos como exoplanetas. El satélite espacial Kepler ha descubierto más de un millar de planetas, muchos similares a la Tierra en tamaño y proximidad a la estrella. Este hecho ha ampliado la esperanza de encontrar alguna forma de vida extraterrestre, de forma significativa. 
Sin embargo, quisiera poner de relieve un hecho que viene marcando la historia de la búsqueda de vida fuera del sistema solar, y es la restricción de esa búsqueda a espacios similares a nuestro planeta. Es decir, buscamos vida en planetas que tengan un sustrato rocoso, que se encuentren en una franja de distancia a la estrella similar a la Tierra, que tengan unas dimensiones parecidas y a ser posible que disponga de agua y atmósfera. Pero estas características quizá no sean requisitos para la vida por el hecho de que así haya sido en la Tierra. El descubrimiento de bacterias extremófilas, que viven en ambientes con extrema acidez, soportando radiaciones o temperaturas extremadamente elevadas, debería hacernos reflexionar sobre los límites de la vida.
Por tanto, debemos estar preparados para encontrar formas de vida en ambientes muy diferentes de nuestro singular planeta. Nada debería hacernos descartar la búsqueda de vida en planetas líquidos, cometas o incluso en nubes de polvo.

18 de abril de 2012

Los caprichos de la memoria


La memoria es el archivo de las experiencias humanas. Es el registro donde quedan impresos las vivencias y los conceptos significativos para la supervivencia. Por tanto, la memoria es un instrumento evolutivo al servicio de la supervivencia. Y es por eso que sólo memorizamos las experiencias que se sitúan en el extremo de la significación. Es decir, aquellas que nuestra mente considera positivas o negativas, mientras que las neutras las rechaza. Ese es el proceso natural de la memorización. Aquellas experiencias que están revestidas de emociones intensas son grabadas de forma indeleble, mientras que las rutinarias son rechazadas de forma sistemática.
Ahora bien, ¿cómo podemos inducir a la memoria para que grabe una experiencia o un dato que a priori le resulta irrelevante? Nuestra mente racional tiene mecanismos capaces de inducir a la memoria para que registre aquello que considera de importancia, aunque se resista a registrarlo de forma automática. La forma consiste en recrear la experiencia artificialmente revistiéndola de emociones intensas mediante la imaginación activa. Dicho de otro modo, consiste en imaginar aquello que queremos memorizar como si lo estuviéramos experimentando de forma intensa. Esa intensidad puede ser tanto negativa como positiva. Podemos imaginar que aprobamos un examen, agregando todos los detalles de ese evento, los rostros de nuestros compañeros, la emoción interna, las respuestas correctas, el orgullo, la celebración posterior, etc. Así mismo, podemos agregar emociones intensas negativas a aquellos eventos imaginarios que queremos desterrar de nuestro futuro, como accidentes, enfermedades, fracasos o decepciones. Si añadimos sensaciones negativas a dichos eventos disminuiremos o anularemos las probabilidades de que se produzcan, pues nuestra mente nos dirige hacia aquellas situaciones interpretadas como positivas. En resumen; la mejor forma de evitar una situación en el futuro es considerarla emocionalmente negativa y la mejor forma de atraerla es considerarla emocionalmente positiva. La memoria es una herramienta heredada por la evolución al servicio de la supervivencia que podemos emplear de forma proactiva como constructora del futuro, dotándola de los elementos que le dan sentido, que no son otra cosa que las sensaciones vívidas, tanto las espontáneas como las inducidas racionalmente.

14 de abril de 2012

El origen de la vida sobre la Tierra

El origen de la vida sobre la Tierra se ha intentado explicar de múltiples formas según la época histórica a que nos traslademos. Superadas las fases supersticiosa y religiosa, donde dicho origen se intenta explicar de forma sobre natural, llegamos a los estudios científicos que intentan recrear el mundo tal como era cuando las primeras formas de vida surgieron en él. El experimento más conocido es el del científico estadounidense Stanley Lloyd Miller, quien introdujo en una esfera de vidrio compuestos simples como agua, amoniaco, metano e hidrógeno, le aplicó descargas eléctricas y obtuvo como resultado compuestos orgánicos precursores de la vida, como aminoácidos. 
Este experimento dio lugar a la teoría de "la sopa primitiva", según la cual se cree que la vida surgió en charcas donde abundaban compuestos como los mencionados y que la actividad eléctrica de las tormentas facilitaron la formación de elementos orgánicos más complejos.
Sin embargo, hoy día se ha descubierto formas de vida simple cerca de las chimeneas submarinas. Estas estructuras nacen de la actividad volcánica bajo los océanos, donde abundan compuestos químicos, y están sometidas a enormes presiones y temperaturas. En principio lugares poco aptos para la vida, pero la vida se abre camino en esas circunstancias. Esta hipótesis tiene algunos aspectos fuertes a su favor. Mientras que las tormentas suponen eventos aleatorios, la actividad volcánica bajo los océanos se puede considerar como continua. Este hecho aumenta las posibilidades de que estas fumarolas submarinas sean las auténticas fábricas de la vida, al disponer de energía y tiempo "ilimitados" para formar nuevas sustancias. Además, la abundancia de sustancias precursoras de las moléculas complejas de los organismos vivos facilitaría esa síntesis. Por último, esta teoría no limita el origen de la vida a una época de la evolución del planeta sino que la traslada a un lugar determinado, por tanto, si se confirma esta hipótesis, se abriría un insólito campo de estudio, pues estas chimeneas podrían estar produciendo "vida" en la actualidad.
A falta de una teoría plausible, la hipótesis de las chimeneas submarinas parece contar con suficientes piezas para explicar el origen de la vida.

4 de abril de 2012

Qué son los frenemigos

El término "Frenemigo" fue acuñado por el periodista norteamericano Walter Winchell, como contracción de las palabras Friend y Enemy, para referirse a los individuos que en el fondo desean el fracaso de sus amigos. Pronto comenzó a emplearse este término para describir las situaciones en las que un amigo perjudica a otro voluntaria o involuntariamente. El gran problema de los "frenemigos" es que son personas afectuosas y  generosas, lo cual hace muy difícil identificarlos como potencialmente perjudiciales. Estos individuos, llegado el momento, sienten placer al ver cómo fracasan sus amigos. Porque en realidad son rivales y siente envidia de sus éxitos. Las conductas que muestra este tipo de "amigos" es muy diversa, pero existen algunas pistas que nos pueden guiar. Cuando están a solas con el amigo suelen mostrar su lado más amable y generoso, pero delante de otras personas no escatimarán a la hora de ridiculizarlo o denigrarlo. Aprovechará cualquier debilidad para ponerla en evidencia en público. Otra conducta habitual es la que se conoce como "chantaje emocional"; después de mostrar el "frenemigo" su generosidad, agasajando con pequeños regalos a algún amigo, le pedirá alguna compensación, a la que el último no podrá negarse por temor a resultar "desagradecido". Un caso extremo de esta conducta la encontramos en los pequeños traficantes de droga. Después de "invitar" a pequeñas dosis al incauto amigo, este se sentirá obligado a comprar más dosis en el futuro, aunque solo sea por agradar a su "generoso" amigo. Identificar a los "frenemigos" es una tarea delicada, porque se suelen esconder detrás de una apariencia de generosidad, afecto e incluso de lisonjería. Solo podemos confiar en nuestra intuición y determinar si esos falsos amigos nos hacen sentir bien o mal. Si después de estar con ellos nos sentimos mal, lo más probable es que no sean amigos, sino "frenemigos".

2 de abril de 2012

La extensión de la inteligencia humana por el Universo


Podemos contemplar la conquista del espacio como simples logros tecnológicos, como algo puramente humano, pero también podemos tener una visión diferente. La carrera espacial ha puesto hombres en la órbita de la Tierra, en la superficie de la Luna y algún día lo hará en Marte y en otros lugares más lejanos. Con esos logros se ha conseguido ampliar el horizonte de conocimiento que el hombre tiene sobre el Universo y sentar las bases para una posible mudanza a otros mundos en el futuro. Pero viéndolo desde otra escala, lo que también se ha hecho es plantar semillas de vida en lugares que estaban inertes. Cuando el hombre pisó la Luna era el único ser vivo que había sobre su superficie. Podemos decir que la vida en su conjunto, Gaia, ha crecido. Ahora no se limita a la superficie terrestre, abarca el espacio orbital. Pero hay más. Ingenios humanos han aterrizado en Venus o en Marte mientras otros están próximos a abandonar el sistema solar, lo cual hace que la tecnología humana transcienda el espacio que ocupa el propio hombre. La inteligencia humana abarca el sistema solar. El futuro deparará mayores logros que los alcanzados en la embrionaria conquista espacial y las generaciones venideras verán cómo la vida y la inteligencia humana se extienden inexorables por el espacio.

31 de marzo de 2012

Efecto de primacía

En psicología se llama Efecto de primacía a la capacidad que tiene la primera impresión sobre una persona para generar en la mente una idea permanente sobre esa persona. Esta tesis responde a un estudio de Solomon Asch y viene a demostrar que empleamos la primera impresión para juzgar a una persona con el paso del tiempo. O dicho de otra forma; aunque las siguientes impresiones sean contradictorias con la primera, tendemos a guiarnos por esa primera impresión. La capacidad de atención parece tener mucho que ver en este efecto. Ciertamente, cuando acabamos de conocer a alguien, todos nuestros sentidos están alerta. Es cuando nos formamos el primer juicio sobre esa persona. Después, una vez establecido un juicio sobre esa persona, la atención se relaja y se vuelve refractaria a nuevos estímulos. El núcleo amigdalino se encarga de asociar emociones a los recuerdos y, por ende, facilita que los recuerdos asociados a emociones intensas se registren con mayor facilidad en el archivo permanente de la memoria a largo plazo. Cuando conocemos por primera vez a una persona nuestro sistema está en alerta en previsión de amenazas. Esa sensación de posible amenaza estimula las emociones tanto positivas como negativas y hace que ese recuerdo permanezca con mayor intensidad. 

Noosfera, la inteligencia del planeta

La teoría de la Noosfera está basada en el pensamiento de Vladimir Ivanovich Vernadsky, quien englobaba bajo ese concepto al conjunto de seres inteligentes de la Tierra. Ese conjunto formaría una suerte de cerebro planetario que complementaría a la geosfera, formada por la sustancia inorgánica y a la biosfera, compuesta por los seres vivos. Vernadsky tenía una concepción evolucionista de la materia y consideraba que la materia inorgánica daba lugar a la vida y la vida a la inteligencia. Esta teoría es compatible con la hipótesis de Gaia, de John Lovelock, quien describe al planeta como un organismo vivo. Desde aquí ya hemos hecho referencia implícita a esta teoría. En incontestable que el estado actual del planeta deriva de un proceso evolutivo que parte de lo simple hacia lo complejo, de la materia inanimada a la vida y de esta a la inteligencia. Así mismo, consideramos la tecnología como un eslabón más en esta cadena evolutiva.
Todas las teorías evolucionistas hay que tomarlas con cierta cautela para evitar caer en la predeterminación. Es decir, en el "plan divino". No existen motivos para creer que exista un destino diseñado de antemano. Al contrario, parece más bien existir un abanico de potencialidades que se desarrollan en un sentido u otro cuando las condiciones ambientales son propicias. Esto explica que el planeta Tierra haya tardado miles de millones de años en desarrollar especies dotadas de inteligencia. Podemos elucubrar sobre otros planetas, con condiciones ambientales más favorables, en los que la inteligencia se haya podido desarrollar quizá en espacios de tiempo sensiblemente más breves. Y otro aspecto más a tener en cuenta en los procesos evolutivos son las involuciones, a las que todo proceso está expuesto. Una teoría evolucionista ortodoxa no parece admitir que ese proceso se pueda revertir, sin embargo, la experiencia demuestra que existe esa posibilidad.
Dicho lo cual, insistimos en que la teoría de la Noosfera sirve para describir la inteligencia planetaria, formada por los seres inteligentes que habitan el planeta. La tesis evolucionista que explica la inteligencia como una evolución desde la materia inorgánica, pasando por la materia viva, también es aplicable a nuestro planeta y previsiblemente también lo será a otros planetas con vida.