Social Icons

.

1 de junio de 2012

Los telómeros y la lucha contra el envejecimiento

www.taringa.net
Los telómeros son los extremos de los cromosomas y constituyen el reloj del envejecimiento de los organismos y su ulterior defunción. Estos telómeros se van acortando con cada división celular, de tal forma que cada célula lleva escrito el tiempo de vida que le queda al organismo. La telomerasa es la enzima que impide ese acortamiento y que solo actúa en las fases embrionarias de las células, como las células madre, y en los tumores. Gracias al estudio de los tumores se descubrió este mecanismo de muerte programada. La consecuencia es que una célula de un individuo adulto es una copia exacta de las que poseía años atrás, excepto en que sus telómeros se han acortado. Este acortamiento conduce a la muerte del individuo. En la actualidad se está trabajando en la fase uno, la que se realiza con ratones de laboratorio, en experimentos para regular la actividad de la telomerasa, de tal forma que siga induciendo la reproducción intacta de los telómeros, como sucede con las células madre. Si los avances en esta materia dan sus frutos, los resultados pueden ser los más importantes que haya conocido la historia de la humanidad. Estaríamos hablando nada más y nada menos que de la inmortalidad. El sueño de todo ser humano. Sin embargo, habría que abrir un debate paralelo que indagase en las causas de la mortalidad de los individuos. La muerte de unos organismos conduce al nacimiento de otros nuevos, virtualmente mejor adaptados. Por ello, la muerte se ha consolidado como un rasgo característico de la biosfera. Sin la muerte de unos organismos no habría nuevos nacimientos ni habría adaptación al entorno. Entonces, tendríamos que preguntarnos qué seres deberían gozar del privilegio de la inmortalidad, siquiera de la longevidad, y qué beneficios aportarían a la humanidad y a la naturaleza. De lo contrario solo estaríamos contribuyendo a mantener una especie parasitaria que aniquilaría los recursos del planeta y arrastraría a todo el ecosistema con ella. Es decir, si la naturaleza ha mantenido la muerte de los individuos durante miles de millones de años ¿debemos buscar mecanismos para manipular ese designio natural? Lo cual nos conduciría a respuestas interesantes. Por ejemplo, que solo las especies capaces de manipular su genoma debieran gozar del privilegio de ser inmortales. Pero todo cambio abrupto conduce a desequilibrios peligrosos. ¿Qué sucedería si un humano inmortal ve morir a toda su generación y a las siguientes? ¿Querría seguir viviendo o su vida carecería completamente de sentido? Por ello, deberíamos plantearnos la posibilidad de investigar en otra línea distinta, pero con las mismas implicaciones, que es la que escruta los motivos por los que unos individuos son más longevos que otros. Eso nos puede llevar a encontrar los rasgos que la naturaleza ha elegido como propicios para el sistema. Reproduciendo estos rasgos aumentaríamos la longevidad de nuestra especie y con el tiempo quizá llegásemos a la ansiada inmortalidad.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen trabajo, Breve, explicito y con mucha información básica pero muy útil.