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1 de septiembre de 2012

Vías hacia la autosanación

A lo largo de la historia han evolucionado distintas formas de entender la medicina que, más que antagonistas, son complementarias. La medicina de occidente considera que las enfermedades o las lesiones son problemas locales de un órgano o una parte anatómica delimitada en el espacio y la función del médico es restablecer el orden en esa parte del cuerpo. La medicina animista o totémica entiende los problemas de salud como castigo de los espíritus, por lo que el sanador, o chamán, tendrá el cometido de tranquilizar a los espíritus mediante rituales. Y la medicina oriental entiende la ausencia de salud como un desequilibrio en el sistema integral que forma el ser humano, por lo que las medicinas orientales intentan equilibrar el sistema para recuperar la salud. Como vemos, cada filosofía médica se desenvuelve en un plano de la realidad, desde el plano macro de los espíritus al plano micro de los órganos y los tejidos, pasando por el sistema corporal humano. Pero las tres grandes corrientes de la medicina tienen en común la transferencia del poder de sanar a un especialista, médico, sanador, chamán, brujo, hechicero. Porque todas las sociedades han creado especialistas en el arte de curar, que guardan con celo sus conocimientos y solo los transfieren por la vía iniciática a los nuevos sanadores. La carrera de medicina es un ritual iniciático, al igual que las enseñanzas de terapias orientales como el reiki o el yoga. La creciente complejidad de las sociedades ha fomentado que la capacidad de sanar haya quedado en manos de especialistas en medicina, de tal forma que las personas que carecen de formación han perdido esa capacidad. Sin embargo, aunque esta situación está generalizada a casi todo el mundo, la medicina oriental por su propia naturaleza centrada en el individuo como entidad psicológica y biológica sitúa al individuo en mejor posición para disponer de estrategias de autosanación sin la mediación de los especialistas. Porque, al fin y al cabo, es el sistema cuerpo-mente individual el que pierde o recupera el equilibrio. Mientras que la medicina espiritual de las sociedades tribales requiere de un intérprete de los designios que aguardan los espíritus, y la medicina occidental, de un especialista que conozca hasta el último rincón del interior del cuerpo, la medicina oriental recurre a la mente del paciente para inducirle la sanación. Por ello en las sociedades orientales existe una mayor capacidad de autosanación aprendida culturalmente. En occidente solemos acudir al médico cuando ya se ha manifestado la dolencia, en oriente hay una mayor tendencia a adelantarse a la aparición de la dolencia, porque la práctica de la meditación busca zonas de tensión o desequilibrio y centra las energías en recuperar el equilibrio, por lo que se adelanta a la enfermedad antes de que se manifieste.

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