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28 de septiembre de 2012

El origen de la bipedestación homínida

Entre las muchas características que distinguen a la especie humana del resto de primates se encuentra la bipedestación, una serie de cambios anatómicos que dieron paso de la marcha cuadrúpeda a la bípeda hace más de cuatro millones de años, en el este de África. Hasta hace poco se consideraba que estos cambios fueron consecuencia directa de la transformación del hábitat selvático hacia otro más abierto como es la sabana. Es decir, se creía que los homínidos cuadrúpedos evolucionaron para adaptarse al nuevo hábitat. Hoy, empero, se considera más probable que la transformación del hábitat y las adaptaciones en la locomoción sucedieron de forma paralela. Lo cual significaría que antes de que retrocediera la selva en la zona, ya existían algunos individuos con tendencia a la bipedestación, aunque fuera precaria, que alternaban ambos sistemas de locomoción. Tal vez la marcha cuadrúpeda la usaran para desplazarse a mayor velocidad, mientras que la bípeda la empleaban mientras recogían frutos de los árboles. Con la evolución de la sabana en detrimento de la selva, las generaciones descendientes de aquellos se vieron favorecidas para adaptarse al nuevo entorno y progresaron eficazmente. Para imaginar esta transición hemos de entender que fue un proceso lento, que implicó a miles de generaciones. Entre las especies cuadrúpedas y las bípedas se desarrollaron durante cientos de miles de años otras especies que combinaban ambas marchas. Para comprender esta situación solo tenemos que observar a nuestros pequeños cuando están aprendiendo a caminar erguidos. Antes de hacerlo caminan a gatas, una forma sui generis de marcha cuadrúpeda. Poco después comienza a erguirse, apoyándose en las paredes, como probablemente hicieron nuestros ancestros para alcanzar alimentos de los árboles. Finalmente abandona la marcha cuadrúpeda al perfeccionar la bipedestación. La evolución de estos rasgos, como de cualquier otro se produce lentamente, con pruebas y errores, muchos de los cuales no llegan a prosperar y algunos otros retroceden después de haber evolucionado. La evolución de la marcha bípeda ha tenido lugar por una acumulación continuada de factores que la han favorecido, de lo contrario, hoy no existiría.

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