Existen víctimas objetivas, que por su situación de debilidad se convierten en el blanco de alguien que ostenta algún tipo de poder. Es cierto. Personas que han sufrido violaciones, robos, asaltos, malos tratos, abusos, palizas, lesiones, atentados, etc. Es cierto. Pero también es cierto que muchas personas aprovechan alguno de esos percances para hacer que toda su vida gire en torno a ello. Es decir, de víctimas pasan a ser victimistas. Como dice Uri Geller: muchas personas son víctimas de su propio victimismo. Lo importante es luchar por un lado contra los abusos de los que infligen daños a los débiles y por otro evitar que muchas personas hagan de su vulnerabilidad una forma de vida. Pues estarán enseñando a otros incautos una malsana forma de vida. Todos hemos atendido los requerimientos de una persona que se encontraba enferma, cuando antes de estarlo ni siquiera le habíamos prestado atención. Todo el mundo presta atención a aquellas personas que han sufrido algún percance. Esto lleva a que tengan cierta tendencia a sufrir daños, porque es la única forma que tienen de conseguir atención. A los perjudicados hay que prestarles ayuda, pero no brindarles un respeto y una atención que antes no le brindábamos. Si antes eran dignos de atención y respeto, ahora también. Si antes no lo eran, después tampoco.
Los hombres que detestan el machismo
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Cada día hay más hombres que se suman al rechazo hacia el machismo, tanto
por su empatía hacia quienes consideran sus iguales como por el desdén
hacia un ...
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