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8 de junio de 2011

El poder de los hechizos



El poder de un hechizo radica en nuestro poder de sugestión y éste, a su vez, radica en nuestra naturaleza social. Somos animales sociales y es el grupo al que pertenecemos el que guía nuestra concepción del mundo.  Como miembros del grupo, todos participamos activamente en transmitir esa concepción hacia los demás. Somos, pues, transmisores y receptores de una percepción social de la realidad. Si el grupo en que nos encontramos integrados realiza un ritual mediante el cual se nos transmite la idea de vamos a ser hechizados, podemos dar por seguro que la capacidad de sugestión obrará estragos en nosotros. En las sociedades aisladas el efecto es implacable, pues el individuo carece de otros referentes en los que apoyarse y recibir otras opiniones. Cuando un individuo es hechizado buscará apoyos en los demás, pero todo el mundo le dará la espalda, comenzará a tratarlo como un apestado, poco a poco empezará a sentir que de verdad está maldito, la sugestión degenerará en trastornos psicosomáticos que se agravarán por la falta de apoyos físicos y psíquicos y caerá en un estado de alienación en el que preferirá morir a seguir padeciendo ese infierno. Finalmente, los individuos más débiles sucumbirán a la muerte. En las sociedades modernas, donde la información fluye por doquier y abundan los apoyos sociales o institucionales resulta más difícil transmitir ese hechizo pero existen ejemplos que muestran la actualidad del fenómeno. Cuando un individuo fracasado que es marginado y humillado por su entorno se suicida, lo hace movido por la idea de que es un elemento que sobra en la sociedad. Su entorno le ha transmitido esa idea y él se sugestiona y la hace suya. Es un individuo que carece de otros apoyos y pierde el sentido de su existencia. Simplemente prefiere morir. Es una versión contemporánea del hechizo que abunda en las sociedades competitivas donde el fracaso está condenado socialmente.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

para mí esto de se ve en la religión.... si no se está con ella se es juzgado socialmente.