Algo que debemos tener en cuenta si queremos aproximarnos a lo que llamamos felicidad es que todo lo que nos produce satisfacción conseguir está precedido por un esfuerzo importante. En el mundo materialista en que vivimos resulta fácil pensar que el éxito está asociado directamente a la consecución del éxito por cualquier vía. Por este motivo abundan los estudiantes que copian en los exámenes, los defraudadores que presumen de riqueza o los altos cargos que han accedido a su puesto a base de adulaciones, chantajes o traiciones. Lo que ignoran todos ellos es que un título, un puesto o una fortuna no proporcionan felicidad si no se han conseguido mediante el sacrificio. De hecho, la felicidad se encuentra en el proceso, en el camino. Sin ese esfuerzo previo, no existe recompensa. Imaginemos a un montañero que accede a la cumbre en helicóptero. Podrá disfrutar de las vistas, pero no sentirá la satisfacción que tiene quien ha sufrido escalando paso a paso. Por tanto, el camino hacia la felicidad pasa por conseguir todas las metas de nuestra vida mediante el esfuerzo necesario.
Los hombres que detestan el machismo
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Cada día hay más hombres que se suman al rechazo hacia el machismo, tanto
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hacia un ...
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