Acostumbramos a creer que el bien y el mal son atributos que afectan a la gente de forma dicotómica; esto es, o es bueno o es malo, o soy bueno o soy malo. A renglón seguido añadimos algo así como yo soy bueno, él es malo o mi hijo es bueno, pero tiene malas compañías. Es decir, tenemos la tendencia a pensar y decir, de forma maniquea, que una persona tocada por el mal no puede hacer el bien y una persona que ha hecho el mal no es probable que pueda hacer nada bueno. Por tanto, lo mejor, parecemos sugerir, es poner una barrera entre ellos y nosotros. Construimos dicotomías sencillas que nos hacen percibir la realidad estructurada en blanco y negro. Bárbaros-civilizados, griegos-persas, moros-cristianos, buenos malos, nosotros-ellos... A pocos se nos pasa por la mente que ellos, esos que llamamos malos, tanto si viven en el piso superior como si lo hacen en un remoto desierto, es probable que tengan una estructura conceptual similar a la nuestra. Que, tal vez, ellos opinen lo mismo de nosotros. Pero la realidad social no se estructura en noche y día sino en un largo crepúsculo que se extiende desde el día a la noche, y que casi todo el mundo se encuentra en algún punto de ese crepúsculo, que la realidad no es en blanco y negro sino gris en mil matices. Que el bien y el mal no es vertical sino transversal y que todos sin excepción estamos tocados por ambos polos.
El bien y el mal no son destinos sino caminos, dirigirse al mal no es llegar a un lugar sino dar media vuelta cuando vamos en dirección al bien. En definitiva, creer que el mal es cosa de otros nos hace perder la oportunidad de luchar contra él en el campo de batalla en el que mejor podemos doblegarlo: dentro de nosotros mismos.
3 comentarios:
Ahora bien ? Quienes somos para juzgar , o mejor dicho , en que gradación algo es bueno o es malo, vease tradiciones, costumbres "RELIGIONES". Lo que anos les puede parecer maravilloso, a otros es practicamente una blasfemia. Creo que somos demasiado egocentristas para poder emitir un juicio... No crees?
El otro día leí a un fiscal que hablaba del derecho y lo definió como una convención social. Creo que esa es una buena definición para juzgar algo. Cuando algo es bueno para la inmensa mayoría se juzga como tal.
no existe el bien y el mal,solo el amor o la luz y el miedo.Todos los seres humanos tenemos una parte oscura cuando no estamos despiertos y no nos hemos hecho conscientes,la negamos.Lo importante es actuar o intentar siempre vivir en y desde el chakra del amor!
Para tener un cosmos en armonía depende de cada uno de nosotros
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